Manifestaciones en Georgia

La contrarrevolución de las rosas

Los antecedentes inmediatos de los enfrentamientos entre Georgia y la Federación Rusa por Osetia del Sur tienen su causa última en las tensiones por preservar o reducir la influencia rusa en la zona del Cáucaso.

Decenas de miles de ersonas se congregaron el jueves frente al parlamento de Georgia para exigir la renuncia del presidente, en la más importante demostración opositora desde la guerra del año pasado con Rusia.La oposición acusa al presidente Mikhail Saakashvili, un abogado que estudió en Estados Unidos y que tiene estrechos contactos con Washington, de la desastrosa guerra de agosto del año pasado y dicen que no puede liderar a Georgia debido a su posición antagónica frente a Moscú.Por su parte, Saakashvili ha jurado que cumplirá su mandato, que concluye en el 2013.La demostración se efectuó al cumplirse el 20° aniversario de una manifestación antisoviética que impulsó la lucha de Georgia por su autodeterminación, y que condujo a su declaración de independencia dos años más tarde.Horas antes, Saakashvili hizo una visita inesperada a un monumento erigido en homenaje a las ví­ctimas de la demostración de 1989, y que se halla frente al parlamento.»Debemos ser firmes y mantenernos unidos», dijo el presidente a periodistas, mientras se acercaba al monumento, donde habí­a algunos centenares de personas, entre ellos dirigentes de oposición. Un gran cartel pedí­a su renuncia.La oposición llamará al pueblo a una acción nacional de desobediencia civil en caso de que Saakashvili se niegue a abandonar el puesto de forma voluntaria, declaró una de las dirigentes organizadoras, Eka Becelia, citada por el portal Georgia Online.Precisó que esperarán hasta la hora fijada para adoptar decisiones sobre próximas acciones.De momento, los principales lí­deres de la protesta en Tiflis aseguraron que permanecerán toda la madrugada en vigilia en los muros del Parlamento.Becelia subrayó que en 2007 las organizaciones contestatarias cedieron en aras de mantener la paz en el paí­s; sin embargo, el «pueblo georgiano recibió a cambio el agosto de 2008″, en alusión a la guerra emprendida por Saakashvili contra Osetia del Sur.Los antecedentes inmediatos de los enfrentamientos entre Georgia y la Federación Rusa por Osetia del Sur tienen su causa última en las tensiones por preservar o reducir la influencia rusa en la zona del Cáucaso. Las tensiones tienen una dimensión internacional, enfrentando a Rusia con Estados Unidos en su pugna por el liderazgo internacional, y una dimensión regional, enfrentando a Rusia con Georgia por su intento de integrarse en las instituciones occidentales.Desde su llegada al poder con la Revolución de las Rosas en noviembre de 2003, el Gobierno georgiano ha buscado el apoyo de la OTAN y de la UE para escaparse de la influencia rusa. La Federación Rusa sigue considerando el territorio de sus antiguas repúblicas como un espacio natural de influencia y observa con preocupación los intentos de salirse de esta esfera – o la intromisión en ella- como una amenaza directa a sus intereses de seguridad nacional.Estados Unidos ha sido el valedor principal de la estrategia georgiana pese a no conseguir incluir a Georgia entre los nuevos miembros admitidos durante el Consejo del Atlántico Norte de abril de 2008 en Bucarest. Georgia suscribió un acuerdo de asociación (Individual Partnership Action Plan) en octubre de 2004 y en 2008 solicitó formalmente su ingreso.El aplazamiento del ingreso no contentó a Rusia que vio en esta decisión un episodio más de una larga lista de agravios perpetrados por Estados Unidos y por algunos paí­ses europeos a propósito de la independencia de Kosovo, el despliegue de misiles en Polonia y Chequia, la expansión oriental de la OTAN y la UE hacia las fronteras de la Federación o el menosprecio del poder emergente de la antigua superpotencia. Rusia ha pasado progresivamente de criticar estas decisiones a amenazar con intervenir directamente en defensa de sus intereses sin llegar a hacerlo y, de ahí­, a cumplir sus amenazas como parecen demostrar los enfrentamientos en Osetia del Sur.El lí­der de la región separatista georgiana de Osetia del Sur, Eduard Kokoiti, declaró hoy que considera posible normalizar las relaciones con Georgia si ese paí­s cuenta con autoridades competentes.»Siempre recordaremos el genocidio contra los surosetas. Aun así­, hay que intentar establecer relaciones de buena vecindad» con Georgia, señaló Kokoiti al comentar la situación polí­tica en ese paí­s caucásico.»En Tiflis se celebran concentraciones masivas a favor de la dimisión del criminal internacional Mijaí­l Saakashvili. Las ví­ctimas de la agresión georgiana pesan sobre su conciencia. La población de Osetia del Sur y (la república rusa de) Osetia del Norte está preocupada por las acciones de protesta en Georgia», agregó.Según un sondeo llevado a cabo por la oposición entre 400.000 georgianos, un 86,52 por ciento de los 4,4 millones de habitantes de ese paí­s son partidarios de convocar elecciones anticipadas.Saakashvili, por su parte, asegura que completará su segundo mandato, ganado en enero pasado en unas elecciones anticipadas cuya transparencia fue cuestionada por la oposición, y que expira en 2013.Aquellos comicios fueron convocados por el propio presidente después de declarar el estado de excepción en noviembre de 2007 debido a las masivas protestas opositoras, que fueron reprimidas violentamente por las fuerzas del orden. En el caso de Georgia, su salida de la órbita rusa podrí­a alentar desafí­os similares en Ucrania, Azerbaijan o Abjazia y reabrir frentes de confrontación como el checheno o el ingusetio que se están cerrando por la fuerza.

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