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La compra de Alstom por General Electric desata crí­ticas de Alemania a Francia

El «sí, quiero» que la francesa Alstom ha dado a la estadounidense General Electric en detrimento de la alemana Siemens, que acudía a la puja en asociación con Mitshubishi, ha desatado críticas de los socios de Gobierno de Angela Merkel. Desde Berlín, los aliados conservadores de Angela Merkel han denunciado que París ha puesto sus intereses nacionales por encima de los europeos. Además, también han puesto en duda que la ley permita que el Gobierno francés se haga con el 20% de Alstom, tal y como también prevé la operación.

Peter Ramsauer, miembro de la comisión de Economía del Parlamento y portavo de los democristianos de la CSU, ha denunciado que el Gobierno de Francois Hollande ha actuado «con una mentalidad de hielo y pensando solo en su industria». Además, también se ha preguntado como, en pleno esfuerzo de consolidación fiscal y tras incumplir el déficit, puede permitirse el desembolso necesario para hacerse con el 20% de Alstom.

El Consejo de Administración de Alstom se pronunció este domingo a favor de la oferta de General Electric (GE), que pondrá sobre la mesa 12.350 millones de euros para tomar el control de sus actividades de energía y transmisión de electricidad. La oferta valora la empresa en 11.400 millones de euros y, en concreto, comprenden los negocios de energía térmica (Alstom Thermal Power), energía renovable (Alstom Renewable Power) y redes de electricidad (Alstom Grid), junto con los servicios corporativos y compartidos. El grupo francés tomó esta decisión por unanimidad tras el estudio profundo de los proyectos presentados.

De acuerdo con las condiciones de la oferta actualizada, tras completar la operación de compra de las actividades de energía de la francesa, GE y Alstom crearían sendas joint ventures en el campo de las redes de electricidad y energías renovables.

Los miembros del consejo se mostraron «satisfechos» por el diálogo constructivo mantenido con el Estado francés que, finalmente, ha concluido en una propuesta industrial que «no solamente satisface los intereses de Alstom y de sus partes interesadas, sino que también ofrece una respuesta adecuada a las preocupaciones expresadas por el Gobierno francés».

Asimismo, Alstom y GE crearían una alianza 50/50 para el desarrollo de las actividades nucleares a nivel mundial y las actividades de vapor en Francia. Incluirían tanto la fabricación y el mantenimiento de las turbinas Arabelle para las centrales nucleares, así como las turbinas de vapor de Alstom y su mantenimiento en el mercado francés.

Opción de veto del Gobierno

El Estado francés dispondrá, además, de una acción preferente que le otorgará el derecho de veto y otros derechos de vigilancia específicos en temas relacionados con la seguridad y la tecnología para las centrales nucleares en Francia.

Finalmente, GE propone la creación de una alianza global en el sector ferroviario, que incluye la venta a Alstom por parte de GE del 100% de su actividad de señalización (con una cifra de negocio de alrededor de 500 millones de dólares en 2013 y 1.200 trabajadores), y la firma de una serie de acuerdos de cooperación relacionados con los servicios para las locomotoras de GE fuera de Estados Unidos, las actividades de I+D, compras, fabricación y apoyo comercial en Estados Unidos.

Frente a la propuesta de GE, Siemens sugería adquirir las actividades de gas de Alstom por 4.300 millones de euros, con una mejora de 400 millones de euros sobre la oferta inicial, mientras que la segunda adquiriría por 3.900 millones de euros el 40% de una única sociedad holding creada para agrupar las actividades de vapor, redes de electricidad y energía hidroeléctrica de Alstom.

La conclusión de esta operación está subordinada al desarrollo de los procesos de información y consulta con los representantes de los trabajadores, a la aprobación por parta de las autoridades de la competencia y a la obtención del resto de las autorizaciones reglamentarias, incluidas las relacionadas con el decreto del Gobierno francés relativo a las inversiones extranjeras.

Si el proyecto se aprueba y completa, Alstom se concentraría en sus actividades en el campo del transporte ferroviario y en sus alianzas con GE en las actividades energéticas. Además, la francesa usará los ingresos resultantes de la transacción para fortalecer el negocio ferroviario, invertir en las alianzas energéticas, cancelar la deuda y devolver liquidez a sus accionistas.

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