La financiación de la trama golpista en Bolivia

La CIA detrás de todas las tramas golpistas

El reciente descubrimiento de un plan para asesinar al presidente de Bolivia, Evo Morales, deja en evidencia la magnitud de la injerencia de Estados Unidos en el paí­s andino. También eran blanco de atentados el vicepresidente Álvaro Garcí­a Linera, el ministro de Gobierno, Juan Ramón Quintana, el prefecto de Santa Cruz, el opositor Rubén Costa. La intención era crear confusión y caos que condujeran a una guerra civil para terminar con el gobierno cuyas medidas están resquebrajando al viejo poder semifeudal. Morales ha sido un blanco desde sus dí­as como lí­der sindical cocalero.

Las acciones de Washington contra Morales vienen de larga data, desde los años 80 hasta la actualidad. Pero un incremento sustancial se registró cuando éste se convirtió en el favorito en la carrera residencial de diciembre de 2005.Entre los actores que mantienen viva esa injerencia están la embajada de Estados Unidos y el Grupo Militar de ese paí­s -con oficinas en la casa de gobierno hasta la llegada de Morales-, la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y sus fundaciones subsidiarias para activar los golpes suaves de estos tiempos, y la agencia antidrogas estadounidense (DEA), entre otros, que han convertido a Bolivia en un verdadero laboratorio de viejas y nuevas contrainsurgencias.En los meses previos a la elección de 2005, las desesperadas acciones para impedir la llegada de Morales al poder resultaron una repetición asombrosa de lo actuado por Washington contra Salvador Allende en Chile, desde que éste era diputado hasta el golpe militar de 1973.Algunos documentos y testimonios que esta corresponsal recogió en Bolivia recientemente para un libro sobre la CIA y la DEA en ese paí­s, revelan la historia increí­ble de esas conspiraciones contra Morales.Un entramado que tiene sus orí­genes en los primeros años de la CIA en Bolivia, en los 50, y de la DEA, que entró en los años 80 de la mano del general Luis Garcí­a Meza, quien impuso «la dictadura de los narco dólares» denominada así­ por el desaparecido periodista Gregorio Selser.Una testigo de esas conspiraciones relató como recibieron instrucciones de agentes de la DEA que estaban en una base interna que esa agencia tení­a en un cuartel militar de Chimoré. Precisamente esa sede de la DEA fue cerrada por el presidente Morales.Las instrucciones fueron dadas a un grupo seleccionado por el conocimiento de la zona y se trataba de realizar un atentado contra Morales aprovechando la presencia de éste en el velatorio de campesinos asesinados en un bloqueo de carretera.Para esto, la DEA contó con el apoyo de un oficial boliviano de alto rango, quien obligó a participar en el plan a policí­as y militares, varios de los cuales manifestaron reticencias, pues la orden no estaba escrita y no provení­a de sus mandos naturales.Evo Morales llegó a pasar por un puente bajo el cual se habí­an colocado dos cargas explosivas, una de C4destinada a matarlo, y otra con un armado casero, para disfrazar el origen del atentado, pero este se suspendió sobre la marcha por desinteligencias entre algunas de las partes que intervení­an.El grupo sindicado de terrorismo desmantelado en Bolivia, tení­a intenciones de asesinar a prefectos opositores al Gobierno de Evo Morales, con la finalidad de crear «mártires», según manifestó Juan Carlos Gueder, detenido por presunta conspiración.Juan Carlos Gueder, fue detenido hace dos dí­as y este jueves declaró a periodistas en la Fiscalí­a. Dijo haberse acercado al grupo porque pensó que era un movimiento «simple», pero decidió alejarse cuando Rózsa habló de matar a los gobernadores autonomistas para crear mártires.El Gobierno boliviano ha denunciado en las últimas semanas que el plan de la organización irregular era asesinar al presidente Evo Morales, a algunos dirigentes de la oposición y organizar milicias para promover la separación de la región de Santa Cruz.A esta banda se le investiga por actos terroristas y separatistas. Fue desmantelada a mediados de abril en la ciudad de Santa Cruz, en un operativo policial tras el cual murieron abatidos Eduardo Rózsa-Flores, (boliviano, croata y húngaro), el irlandés Dwyer Michael Martin y un rumano húngaro Árpád Magyarosi.Mientras que resultaron detenidos Mario Francisco Tadic Astorga (boliviano con pasaporte croata) y El탶d Tóásó (húngaro), quienes están en prisión preventiva en La Paz.La fiscalí­a encargada de investigar la presunta banda terrorista, citará a un dirigente de la organización Human Rights Foundation (HRF) y a un empresario -quienes al parecer están en Estados Unidos y Uruguay respectivamente- por sus presuntos ví­nculos con el grupo irregular.El fiscal Marcelo Sosa, encargado del caso, aseguró a los medios que está trabajando con la Policí­a para determinar adónde viajaron esas personas en los últimos dí­as y convocarlos a declarar.Se trata de Hugo Antonio Achá Melgar, presidente de la organización no gubernamental HRF en Bolivia, quien presuntamente se encuentra en Estados Unidos, y del empresario Alejandro Melgar Pereira, que, según su familia, viajó hasta Uruguay.»A aquellos que dí­as atrás hablaban de shows, de montajes, de mentiras, los conminamos a manifestarse públicamente si defenderán la integridad de la patria contra este tipo de ataques terroristas. O si, por el contrario, apoyarán y encubrirán a quienes han intentado y a quienes intenten dividir la sagrada unión de la patria boliviana», dijo el presidente en ejercicio, Alvaro Garcí­a Linera, sobre la entrevista a Rózsa.Croacia, Hungrí­a e Irlanda piden a Bolivia información sobre la muerte de sus ciudadanos. «Las cabezas de ese gran aparato terrorista» son bolivianas que reclutaron a mercenarios en Latinoamérica y Europa y que llevan en Bolivia varios meses en Santa Cruz, Beni, Pando y otras regiones donde cumplieron «decenas de reuniones con decenas de personalidades del ámbito de algún tipo de actividad empresarial, no instituciones sino personas», dijo Garcí­a Linera.»El Estado está en riesgo hay todaví­a una gruesa estructura, extranjeros y bolivianos sueltos, hay los ideólogos sueltos, hay armamento muy sofisticado guardado, hay lugares de entrenamiento», advirtió.La oligarquí­a separatista cruceña está conformada por un pequeño núcleo de familias ligadas al poder terrateniente, la industria láctea, cervecera, petrolera y los medios de comunicación. Cada vez que se va rascado más en la superficie de todo este entramado multinacional, de paramilitares y mercenarios, ligados al entramado opositor tanto en Bolivia como en Venezuela y sus conexiones con el Plan Colombia, CIA y la DEA. Empieza a tomar color una especie de nuevo «Operación Cóndor», viejas recetas, pero esta vez desde la oposición a los gobiernos del frente antihegemonista en Latinoamérica. Una especie de gran acuerdo de todas las oligarquí­as que han perdido sus privilegios, auspiciadas por el imperialismo.

Deja una respuesta