Médicos y bomberos se concentran ante el parlament en protesta contra los recortes de la Generalitat. Las huelgas y movilizaciones de maestros y médicos catalanes contra los recortes en la sanidad y la educación públicas, vuelven a ser motor de la Cataluña que lucha contra los recortes, la que de verdad representa al 90%, y la que las élites del procés, las mismas que empuñaron las tijeras contra los intereses de la mayoría, quieren acallar y silenciar. Está claro que no lo están consiguiendo.
Una Cataluña recorrida por luchas populares
Hay Cataluña más allá del procés. Y está muy viva. La prueba es el reguero de movilizaciones todas ellas relacionadas con la defensa de salarios o servicios públicos que han sido duramente atacados.
Al tercer día de huelga de los médicos de atención primaria y de los centros concertados, se suman este miércoles los paros de los estudiantes universitarios, que piden una rebaja de las tasas académicas y del personal docente e investigador de las universidades públicas, que demandan mejoras laborales y más estabilidad. Mañana jueves se sumarán al paro los profesores de la escuela pública. Grupos de estudiantes universitarios se han encerrado este martes por la noche en algunas facultades de las universidades Pompeu Fabra (UPF) y de Barcelona (UB) para dar inicio a las dos jornadas de protestas que han convocado para este miércoles y jueves para exigir una reducción del 30% de las tasas universitarias.
Metges de Catalunya, denuncia la pérdida de 920 profesionales desde el 2010 y una bajada del 30% del poder adquisitivo de los médicos, lo que ha llevado a no cubrir algunas bajas y a que tengan que atender a más pacientes en menos tiempo.
No exigen solo mejoras en las condiciones laborales, también que la asistencia primaria alcance el 25% del presupuesto de Sanidad, cuando ahora se encuentra en el 16,9%, o que se amplíe el número de médicos para poder garantizar la ratio idónea para la atención presencial, que es de un mínimo de 12 minutos por persona, ahora imposible de atender gracias a los recortes.
La huelga no incluye solo reivindicaciones “coorporativas”. Reclama medidas para reducir la ratio de alumnos por aula, sobre todo en los colegios de los barrios más populares, o el incremento de personal para atender a la diversidad en las aulas. Porque cuando se ha atacado salarios y condiciones laborales de los profesores se ha reducido la calidad de la educación que reciben los alumnos.
Y para el 12 de diciembre, CCOO y UGT convocan a los 250.000 funcionarios catalanes a una movilización para exigir la devolución de las pagas extraordinarias adeudadas desde 2013. Todas las comunidades autónomas las han devuelto… menos Cataluña. El govern de Torra ha propuesto que los atrasos se devuelvan fraccionados… en los próximos ocho años. Una decisión que contrasta con la rapidez con que elevaron los salarios del president, consellers y altos cargos nada más constituirse.
Hay una Cataluña que lucha en la calle contra los recortes. Que también se ha reflejado en las luchas contra las subidas de los alquileres, impulsadas desde Barcelona a toda España por organizaciones como el Sindicato de Inquilinos, como sucedió anteriormente con las movilizaciones contra los desahucios.
Lo que el procés oculta
El Consell Económic i Social, en su “Informe del trabajo en Barcelona”, acaba de denunciar que en la capital catalana los salarios han perdido en los últimos seis años un 56% más de poder adquisitivo que la media española.
En el conjunto de España los salarios reales se redujeron 3,9%, porque fueron menores en la nómina o porque los precios crecieron mucho más. En Cataluña esa pérdida para los trabajadores se eleva al 5,4%, y en Barcelona se dispara hasta el 6,1%.
No es porque la economía catalana haya ido peor que la del conjunto de España. Al contrario, el ritmo de crecimiento ha sido en algunos años más elevado en Cataluña. Lo que sucede es que, a pesar de ser la comunidad más rica de España, la de mayor volumen de PIB, es también donde más lejos se ha llegado en el atraco a la población.
Mas, Pujol y Torra han llevado los recortes en sanidad, educación o gastos sociales más lejos que cualquier otra comunidad. Y los salarios y pensiones en Cataluña son, de media, más bajos que en otras comunidades con menos recursos.
Esta es la realidad que el procés oculta, y que afecta al 90% de la población catalana.