Juan José Martín (PSOE), es el alcalde de Pinto. Al señor alcalde, representante de pura cepa de las castas políticas, en este caso, locales, no le preocupa la subida de impuestos. El miércoles pasado, en la puerta del Ayuntamiento, antes de iniciar el Consejo Sectorial de Cooperación Internacional, y con varias personas que fumaban, su contestación ante las críticas a las subidas de la gasolina y el tabaco fue «la subida de la gasolina a mí me da igual, yo tengo coche oficial, así que el resto que se jodan». Es un pequeño pero significativo ejemplo de la catadura ética de las castas políticas. La solución es quitarle el coche y que pague de su bolsillo. Para que abandone el desprecio por el ciudadano de a pie, la única solución es echarle de todo cargo público y vetarlo.
No es una conducta extraña en este “ersonajillo”. Hace pocos meses, ante la existencia de facturas de los años 2005, 2006 y 2007 de gastos del Ayuntamiento, que incluían un reloj de 10.000 euros, ropa de primeras marcas adquiridas en diversos establecimientos, llamadas telefónicas desde Argentina y Chile por valor de más de 3.000 euros mensuales, televisiones, colchones, bicicletas, móviles, visitas a museos y facturas en locales de ocio nocturno, se atrevió a reírse de los ciudadanos contestando que “los gastos sontrajes para escoltas”, siendo algunas de las prendas adquiridas de mujer y conociéndose que no había habido escoltas femeninos en dicha localidad.