Empieza el año electoral en Alemania

La carrera del Kanzler

La carrera de nueve meses hacia la cancillerí­a alemana ha comenzado ya, y de momento parece que pinta bien para la actual titular, Angela Merkel. Su partido, la CDU democristiana ha vencido -por poco- en el lander de Hesse, al mismo tiempo que el SPD socialdemócrata ha sufrido un tremendo varapalo, al perder el 13% de sus votos respecto al año pasado. La modesta victoria democristiana y la amarga derrota socialdemócrata contrastan con el auge de partidos minoritarios tanto a derecha (liberales: 16%) como a izquierda (verdes 14%), confirmando la tendencia electoral a castigar a la coalición gobernante.

El castigo se deja sentir rincipalmente en la pata izquierda de la coalición gobernante CDU-SPD desde 2005, sobre todo desde que la crisis económica ha dejado patente el carácter prooligarquico de los socialdemócratas. Las medidas anticrisis, descaradamente favorables a los monopolios y bancos alemanes y marcadamente antipopulares, son asumidas con más facilidad por los votantes democristianos que por el electorado socialdemócrata. Una buena parte de los últimos han decidido emigrar a opciones mas “a la izquierda”, a partidos como Los Verdes o La Izquierda –el partido del ex-socialdemócrata Oskar Lafontaine, que recoge a los restos del naufragio soviético y desencantados del SPD-.Esto da a la CDU y a su candidata Angela Merkel una ventaja inicial de cara a las elecciones generales de septiembre sobre su competidor y al mismo tiempo vicecanciller y responsable de exteriores, el socialdemócrata Frank-Walter Steinmeier. Pero mucho tendrían que cambiar las cosas en Alemania para que la CDU pudiera gobernar en solitario, y el escenario más probable es una reedición del “gobierno de concentración nacional” CDU-SPD que hoy dirige a la primera potencia europea. Esta formula de gobierno entre los dos principales representantes de la burguesía monopolista alemana, si bien no está exenta de fricciones y contradicciones, ha logrado consensuar una posición común en dos temas de vital interés para la clase dominante: la respuesta a la crisis y la línea internacional. .En cuanto a la crisis, el gobierno alemán –que comenzó diciendo que a Alemania no le afectaría con especial virulencia la crisis económica- tuvo que desdecirse rápidamente y tomar decisiones unilaterales. Alemania, la gran defensora de Europa –de la Europa alemana- y de la dirección común de la UE, se desmarcó blindando la totalidad de los depósitos bancarios, y dejando claro al resto de los socios que cada uno se las tenía que arreglar como mejor pudiera. Hace unos días Merkel anunciaba un segundo plan de rescate bancario de 50.000 millones de euros. Respecto a la línea internacional, hace tiempo que la clase dominante alemana ha congelado el proyecto de la “Europa de los Pueblos” a la espera de mejores tiempos, y que ha enterrado definitivamente el eje francoaleman y el enfrentamiento con EEUU. Merkel compite con Sarkozy por ser el país europeo –descontado Reino Unido- que mejores relaciones tiene con Washington, y su vicecanciller tampoco se queda atrás. Steinmeier ha enviado una carta personal a Obama –filtrada con gran intención por Der Spiegel [ver selección de prensa]- en la que el responsable de exteriores señala al presidente electo la necesidad de que EEUU y Alemania traben una relación más estrecha aún, ya que la emergencia de las potencias asiáticas es desfavorable para occidente.Es seguro que el Departamento de Estado habrá tomado buena nota. Pero por si acaso, la bomba en la embajada alemana en Kabul ha tenido un efecto muy fortificante en la relación de las dos potencias. Alemania ya ha dicho que no se moverá de Afganistán. De ahí a enviar unas cuantas tropas adicionales sólo hay una carta más.

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