Cargando...Han recibido 15.00o millones de dólares de dinero de los sufridos contribuyentes norteamericanos, pero están anunciando que harán las maletas. General Motors, el otrora gigante automovilístico número uno del mundo, uno de los estandartes del capital monopolista norteamericano, va a trasladar su producción a México, China y Corea buscando la baratura de su mano de obra.
Hasta el diario que ublica la noticia, el Washington Post –más bien ligado a la tradición republicana- parece enojado. Después de haber recibido una inyección de miles de millones de dólares, y anunciar que serán necesarios más, debido a la intoxicación de basura financiera, particularmente intensa, en sus balances, General Motors anuncia públicamente que desmantelará sus factorías de Detroit para llevárselas allí donde la fuerza de trabajo es más barata.En el primer trimestre de 2009 el grupo registró una pérdida de seis mil millones de dólares. Después de forzar la dimisión de su presidente hace un mes, la administración Obama dio un plazo hasta junio al gigante automovilístico para presentar un plan de viabilidad. Aquí tenemos su respuesta.Es la lógica aplastante de los monopolios. El kilo de fuerza de trabajo cuesta 54 dólares por hora, para un obrero norteamericano, pero un surcoreano hace lo mismo por 22 dólares la hora, un mexicano por 10 dólares y un chino por 3. GM busca con esta medida que su producción aumente de un 15 a un 23 %. Está por ver cual será la respuesta de la administración Obama. La deslocalización de General Motors puede abrir la caja de Pandora en EEUU, y ser tomada como camino a seguir por otros gigantes como Chrysler o Ford. Para que nos hagamos una idea del impacto económico, político y social que esto generaría, basta decir que el sector automovilístico emplea –directa o indirectamente- a uno de cada diez trabajadores estadounidenses. Casi el 4% del PIB de EEUU se atribuye a este sector, que además conforma el 10% del valor de la producción industrial.