Las exigencias de Berlí­n y Washington provocan una nueva guerra en el gobierno

La batalla de las pensiones entra en su fase decisiva

El guion vuelve a repetirse. Luis De Guindos actuando, una vez más, como ariete del hegemonismo para vencer las resistencias en el seno del gobierno del PP a ejecutar a pies juntillas los mandatos del FMI o Merkel. Ahora, la batalla gira en torno a la «reforma de las pensiones». Washington y Berlí­n quieren «merendarse» el sistema público de pensiones. Y el primer paso es hundirlo a través de un salvaje tijeretazo.

Cuando el 26 de abril, en la rueda de prensa posterior al Consejo de ministros, el gobierno asumió ante todos los españoles que el paro seguiría aumentando hasta 2.016, un dirigente del PP valoraba que “empieza una nueva legislatura, hemos admitido preventivamente nuestro fracaso. Un suicidio así solo se explica porque nos obliga Bruselas, pero en cualquier otro país europeo implicaría cambios profundos”. «Merkel y el FMI exigen a Rajoy un salvaje recorte de las pensiones futuras y presentes»

“Nos obliga Bruselas”. Y ellos acatan los mandatos del patrón. Aunque eso suponga un suicidio político. No cabe mayor confesión del carácter vendepatrias de nuestras élites.

Dijeron ante todos los españoles que “no se tocarán las pensiones”. Pero en el “Plan Nacional de Reformas” enviado a la U.E. Rajoy reconoce que las medidas presentadas bajo el lema de “garantizar la sostenibilidad del sistema”, en realidad buscan un “ahorro” que rondará los 4.850 millones de euros anuales.

Dinero que dejarán de cobrar nuestros jubilados.

Ahora empezamos a conocer los pormenores de este nuevo “golpe de mano”.

Segú El País “tanto Bruselas como un sector del Ejecutivo encabezado por Luis De Guindos presionan para hacer una reforma muy a fondo, que implicaría reducir el coste pero a la vez podría provocar un estallido social y un desgaste definitivo del Ejecutivo”.

Rajoy, que ha acatado punto por punto las exigencias de Washington o Berlín, se resistía a “meter mano en las pensiones”, consciente del elevadísimo coste político que tendría que pagar por una medida tan impopular.

La maquinaria de intervención se puso en marcha. Y Rajoy ha vuelto a intentar convencernos de que no decía “digo” sino “Diego”.Ante el “comité de expertos” al que se ha encargado la evaluación del “factor de sostenibilidad” de las pensiones, el Ministerio de Empleo presentó un demoledor informe.

Donde se apostaba por retrasar la edad de jubilación más allá de los 67 años. Se planteaba incrementar todavía más los años cotizados necesarios para cobrar la pensión máxima. Y se instaba a desvincular de forma permanente la actualización de las pensiones del incremento del IPC.

Una andanada que supone un drástico tijeretazo de las pensiones futuras y presentes.

Impuesto “con calzador” por el hegemonismo. La U.E. exigió a España que presentara por escrito todos los recortes que van a aplicarse hasta 2.016. Detallados en el “Plan Nacional de Reformas” remitido por Rajoy a Bruselas. Y Luis De Guindos volvió de Washington, donde participó en la Asamblea anual del FMI, con una “lista de recortes” que incluía una nueva subida del IVA, una reducción del seguro de desempleo… y un “nuevo impulso” a la “reforma de las pensiones”.

Provocando una furibunda reacción del sector del gobierno nucleado en torno a Cristóbal Montoro.

Este sector está estrechamente vinculado a la oligarquía española. Es prohegemonista, y está dispuesto a aplicar los recortes que exigen Washington y Berlín. Pero no es, como De Guindos, una mera “correa de transmisión” del hegemonismo.

Y forma parte del “aparato del PP”. Su futuro político depende de cómo le vaya al PP en las próximas elecciones. Por ello intentan “modular” la aplicación de los recortes en función del coste político que acarrean las medidas más impopulares.

Estas son las bases materiales, y las razones de fondo, de la división en el gobierno del PP.

La nueva ofensiva protagonizada por De Guindos, y las resistencias de Montoro, evidencian el calado de los recortes que Washington y Berlín quieren imponer sobre nuestras pensiones.

Cada día está más claro que la batalla de las pensiones es el centro donde va a decidirse si España se “desahucia” para “rescatar” a Merkel y al FMI… O si podemos avanzar por otro camino.

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