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La banca en España, cosa de tres

La reciente adquisición de Barclays por Caixabank y la adjudicación a finales de julio de la nacionalizada Catalunya Banc a BBVA perfila un mapa bancario en el que casi el 70% del negocio queda en manos de los tres más grandes. Los responsables de las distintas entidades insisten en descartar que el sector se encamine a un oligopolio y los bancos más pequeños defienden su presencia ante la imparable concentración del sistema bancario español.

Las in­mi­nentes pruebas de re­sis­tencia del Banco Central Europeo (BCE) serán claves para al­gunos y con­fir­marán si es ne­ce­saria una vuelta más de tuerca en el in­tenso pro­ceso de re­es­truc­tu­ra­ción de los úl­timos años.

La lucha por el li­de­razgo en el mer­cado do­més­tico es­pañol entre las tres grandes en­ti­dades (Caixabank, Santander y BBVA) tan sólo vienen a con­firmar los va­ti­ci­nios que hace algo más de un año lan­zaba el di­rector ge­neral del Santander España, Enrique García Candelas, de que el trio ga­nador del pro­ceso de re­es­truc­tu­ra­ción abar­caría el 70% del ne­gocio do­més­tico.

Las úl­timas ope­ra­ciones pa­recen con­firmar que el sector fi­nan­ciero es­pañol se en­ca­mina en esa di­rec­ción di­bu­jada con pre­ci­sión por García Candelas. El re­ciente anuncio de compra de Barclays por parte de Caixabank no sólo de­vuelve el te­rreno que hu­biera per­dido el grupo pre­si­dido por Isidro Fainé des­pués de que el BBVA se ad­ju­di­cara la na­cio­na­li­zada Catalunya Banc.

Banco Santander se ha man­te­nido al margen de ad­qui­si­ciones en los úl­timos años, aunque tam­bién ha aco­me­tido la in­te­gra­ción de Banesto y Banif, su marca de banca pri­vada, en el grupo pre­si­dido por Emilio Botín. Un mo­vi­miento para re­forzar su po­si­ción des­puñes de haber apos­tado por la es­tra­tegia mul­ti­marca.

BBVA se hizo con Unnim y ha su­mado a fi­nales de julio la ad­ju­di­ca­ción de Catalunya Banc. Por su parte, Caixabank ha mos­trado una ca­pa­cidad de­vo­ra­dora sin pre­ce­den­tes: ha in­te­grado a Banco de Valencia (procedente de Bankia), Banca Cívica (el pro­yecto li­de­rado por Caja Navarra), asumió pe­queñas en­ti­dades con an­te­rio­ridad (Banpyme y Caixa Girona) y ha co­ro­nado su cre­ci­miento con la ad­qui­si­ción del ne­gocio mi­no­rista de Barclays, que hasta el mo­mento se con­vertía en la de­ci­mo­ter­cera en­tidad del sis­tema ban­cario es­pañol en so­li­ta­rio.

Los di­rec­tivos de estas tres ma­yores en­ti­dades niegan en pú­blico que el mapa fi­nan­ciero es­pañol se en­ca­mine a un oli­go­po­lio, aunque con estas ope­ra­ciones aca­paren en con­junto casi un 65%. Eso sí, todos ellos es­peran nuevos mo­vi­mientos de con­so­li­da­ción en el medio o largo plazo, aunque las po­ten­ciales com­pras obe­de­cerán más a cri­te­rios de ne­gocio que for­zados por la crisis que ha pa­sado fac­tura a la to­ta­lidad de la banca na­cio­nal.

Ese cri­terio se com­parte desde aque­llas en­ti­dades que han cre­cido en los úl­timos años de ma­nera sig­ni­fi­ca­tiva, pero sin llegar a co­dearse con la cuota de mer­cado que aca­paran en con­junto los tres grandes gru­pos. Es el caso del Banco Sabadell, el más ac­tivo en ad­qui­si­ciones do­més­ticas in­cluso antes del es­ta­llido de la cri­sis, y que ahora se plantea es­tra­te­gias de cre­ci­miento or­gá­nico en al­gunos te­rri­to­rios cla­ves, como es el de Madrid. Su con­se­jero de­le­gado, Jaime Guardiola, ya res­taba im­por­tancia a cómo se re­for­zaba el BBVA en su propio te­rreno (Cataluña) con la ad­ju­di­ca­ción de Catalunya Banc a fi­nales del pa­sado mes de ju­lio.

Hueco para to­dos

Banco Popular tam­bién ha cre­cido en los úl­timos tiem­pos, con la compra más re­ciente del ne­gocio mi­no­rista de Citibank en España y hace unos años con la in­te­gra­ción de Banco Pastor. Sus res­pon­sa­bles se mues­tran con­ven­cidos de que su mo­delo de ne­go­cio, cen­trado en pymes y pro­fe­sio­na­les, no es re­pli­cable en el corto plazo por cual­quier en­tidad com­pe­ti­dora.

Ese mo­delo de ne­gocio del grupo pre­si­dido por Ángel Ron es en el que se asienta la con­fianza de que pueden man­te­nerse como un banco in­de­pen­diente de cual­quier mo­vi­miento cor­po­ra­tivo o, en todo caso, tener el poder ante al­guna po­ten­cial ope­ra­ción de ad­qui­si­ción o fu­sión.

Incluso, al­gunos de los bancos de menor ta­maño tam­bién de­fienden su hueco en el nuevo mapa ban­cario es­pa­ñol, aunque a lo largo de his­toria se hayan man­te­nido al margen de cual­quier ope­ra­ción cor­po­ra­tiva. La con­se­jera de­le­gada de Bankinter, María Dolores Dancausa, sos­tiene que hay “hueco para to­dos” en el sector ban­cario na­cional y se muestra de las más rea­cias a ad­mitir que la nueva con­fi­gu­ra­ción con­duce a un au­tén­tico oli­go­polio de los más gran­des.

No obs­tante, va­rios ex­pertos y ana­listas tienen su punto de mira en los re­sul­tados que surjan de las pruebas de re­sis­tencia que dará a co­nocer el Banco Central Europeo (BCE) dentro de un par de meses sobre el con­junto de la banca eu­ro­pea. Dichas prue­bas, según las opi­niones con­sul­ta­das, serán de­ter­mi­nantes para la via­bi­lidad o no en so­li­tario de al­gunos de los pe­queños grupos ban­ca­rios so­bre­vi­vientes a la cri­sis, pero con un ta­maño muy in­fe­rior a los tres grandes bancos do­mi­nantes del mer­cado en la ac­tua­li­dad.

Bien es cierto que aún está por ca­li­brar el ajuste que tanto Caixabank apli­cará en Barclays como el del BBVA en Catalunya Banc. A todo ello se su­maría un cuarto en dis­cor­dia: Bankia. La en­tidad na­cio­na­li­zada que pre­side José Ignacio Goirigolzarri está obli­gada a una cura de adel­ga­za­miento por el res­cate re­ci­bido desde Bruselas, pero sus di­rec­tivos apuntan re­gu­lar­mente el in­cre­mento de cuota de mer­cado en al­gunos seg­mentos de ne­go­cio.

Se quiera o no, la di­men­sión pa­rece cada vez más crí­tica en el ne­gocio ban­ca­rio, aunque ello no ga­ran­tice por sí mismo unos ma­yores in­gre­sos. Eso sí, la agencia de ca­li­fi­ca­ción Fitch ha vuelto a in­cidir que “el ta­maño es fun­da­mental para se­guir siendo ren­ta­bles”, des­pués de haber me­jo­rado sus pers­pec­tivas sobre la ge­ne­ra­lidad de los bancos es­pa­ño­les.

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