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La ayuda a los kurdos pone a EEUU e Irán en el mismo bando

MAKHMOUR, Irak— Los problemas de los asediados Peshmerga kurdos para repeler el avance de los insurgentes islamistas pusieron a Estados Unidos e Irán del mismo lado, ya que ambos países se apresuran para reforzar la resistencia y vencer un enemigo en común.Ataques aéreos de EE.UU. esta semana ayudaron a los Peshmerga a recuperar dos pueblos en las afueras de Erbil que habían perdido unos días antes en una derrota impactante que dejó al grupo radical sunita Estado Islámico a poco más de 30 kilómetros de la capital de la región kurda semiautónoma.El lunes, mientras combatientes Peshmerga se regocijaban en uno de esos dos pueblos, Makhmour, un reportero fue testigo de una reunión entre altos comandantes kurdos y asesores iraníes en el centro de comando de operaciones aquí.A unos 50 kilómetros en Erbil, asesores estadounidenses se reunían en privado esta semana con los Peshmerga y comandantes de la fuerza aérea iraquí con un propósito similar.Los caminos paralelos demostraron claramente que EE.UU. e Irán, que compiten desde hace tiempo por ejercer influencia en Irak, encontraron una causa común en el intento por resucitar a los Peshmerga, que tienen desde hace tiempo la fama de ser los combatientes más aptos en Irak.El Departamento de Estado admitió que EE.UU. e Irán comparten un entendimiento sobre la amenaza que representa el Estado Islámico, pero «eso no necesariamente significa que tengamos un interés estratégico compartido», sostuvo en junio la vocera Marie Harf.A lo largo de una frontera de 1000 kilómetros que supo albergar la región más segura y próspera de Irak, las fuerzas kurdas ahora enfrentan una insurgencia convertida en ejército que según muchos combatientes nunca previeron enfrentar.Los Peshmerga se retiraron de pueblos conforme los militantes del Ejército Islámico avanzaron hacia Erbil, exponiendo los desafíos para una fuerza considerada dentro de Irak y en el extranjero como la primera línea de defensa contra el grupo extremista.La rapidez con la que los militantes marcharon la semana pasada desde el este de su bastión en la ciudad de Mosul y hacia el Kurdistán iraquí cambió tanto la realidad como las asunciones de larga data sobre los Peshmerga.Funcionarios kurdos afirman que la urgencia de la amenaza es lo que reunió aliados poco probables en torno a los Peshmerga. «Toda nuestra frontera está bajo amenaza. Es un frente de batalla en su totalidad», afirmó Helgurd Hikmet Ali, un vocero Peshmerga

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