Los "referéndums" de anexión a Rusia

La «autodeterminación» fascista de Putin: votar a punta de kalashnikov

Putin ha proclamado la anexión del 15% de Ucrania tras realizar durante cinco días unos "referéndums de autodeterminación" que no pueden ser tildados sino de farsa grotesca y fascista. Los habitantes de esas regiones han tenido que votar bajo la coacción de las tropas de ocupación rusas.

Al proclamar la anexión de las cuatro provincias ucranianas – Donetsk, Lugansk, Zaporiyia y Jersón- ocupadas militarmente por las fuerzas rusas, la agresión imperialista del Kremlin cruza un nuevo Rubicón, alejándose aún más la hoy inexistente posibilidad de solución diplomática a la guerra.

Putin ha proclamado la anexión del 15% de Ucrania tras realizar durante cinco días unos «referéndums de autodeterminación» que no pueden ser tildados sino de farsa grotesca y fascista. Los habitantes de esas regiones han tenido que votar bajo la coacción de las tropas de ocupación rusas. Para que nadie escapara de su «deber», los soldados sacaron las urnas a las calles y obligaron a los viandantes a votar sobre la marcha. O pasaron, fuertemente armados -casa por casa y puerta por puerta- recogiendo oralmente el voto a los que habían rehusado acudir a las urnas. La «autodeterminación» bajo la punta del kalashnikov.

Imagen de una cámara de seguridad en un bloque de viviendas ucraniano, donde se puede ver a un grupo de soldados rusos fuertemente armados, «recolectando» votos (emitidos oralmente), puerta por puerta

Las “administraciones” respaldadas por Rusia de las regiones ucranianas de Jersón y Zaporiya, y las autoridades de facto de las denominadas “Repúblicas Populares” de Donetsk y Lugansk han anunciado los resultados de los “referéndums” realizados sobre su incorporación a Rusia. Jactándose de la «alta participación», han proclamado que una amplia mayoría de la población de esas regiones -entre el 87% y el 99.2%- han votado a favor de unirse a la Federación Rusa. Una farsa con nula credibilidad, conseguida bajo la coacción de una ocupación militar.

“Esta votación y cualquier otra medida tomada por Rusia o sus representantes para cambiar la condición de territorio ocupado es una violación flagrante del Convenio IV de Ginebra», afirma Amnistía Internacional. En el escenario de una invasión, con las tropas de ocupación o las milicias prorrusas controlando a la población y eliminando a la disidencia, los «referéndums» se organizaron a toda prisa, con «colegios electorales» con fuerte presencia de militares de Moscú. Y además de en estas «urnas», los soldados rusos visitaron los domicilios de los ciudadanos para obligarles a emitir verbalmente su voto.

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