Sociedad

La artistocracia de la SGAE

La burbuja de la SGAE ha estallado, y las consecuencias están todaví­a por llegar. Durante años en ella han convivido dos almas enfrentadas, dos almas irreconciliables: El arte, la cultura, su defensa y la unión de intereses de los creadores, frente a una especia de oligarquí­a cultural dispuesta a parasitar la creación artí­stica sobre la base de un expolio rentista gigantesco. De quien venza a quien depende el destino de la institución.

En las róximas horas se reunirá la Junta para constituir una comisión rectora capaz de capear el temporal y «buscar la verdad» preservando el interés de la entidad, que es el de los creadores y artistas que la forman.   Tras la noticia de las actuaciones del juzgado y la detención de Bautista y Neri, el portavoz de la candidatura alternativa que se presentó en las pasadas elecciones del pasado 30 de junio, manifestaba en rueda de prensa su preocupación por «la incapacidad de la actual junta para gestionar la mayor crisis» que ha vivido la entidad. El juez Ruz ya plantea en el auto que el proceso electoral no fue limpio, y que la persona encargada de gestionar el censo actuó perjudicando a la «oposición». Solo los datos de participación, que ya se señalaron en estas páginas hace unas semanas, eran razón suficiente para cuestionar esas elecciones. Estamos hablando de menos de la cuarta parte de los socios.   A parte de Sastrón, cabeza de lista, Miguel Hermoso o Eduardo Galán, son algunos de los autores que participaron en la candidatura opositora, y que, según relatan, han tenido que sufrir todo tipo de dificultades para poder presentarse y hacer campaña. Incluyendo la imposibilidad de poder votar y multitud de trabas en los avales.   Pese a la catarata inicial – aunque más por el ruido que por la cantidad de agua – de apoyos a Bautista Bautista y a la SGAE, las cosas se han ido decantando por otro sitio. Incluso las declaraciones iniciales y las participaciones de miembros de la SGAE en programas de debate para defender su gestión, se ven ahora de otra manera. Bautista ha sido relevado de sus funciones.   Cinco miembros de la junta de la SGAE comparecieron para informar de que una comisión rectora formada por cuatro autores y un editor musical y presidida por «un director externo e independiente de reconocido prestigio» llevará las riendas de la SGAE. Los miembros de la junta elegirán a los componentes de la comisión rectora.   Pese a haber sido relevado, Bautista se niega a dimitir, lo que complicará sin duda cualquier investigación que quiera llevarse a cabo, así­ como la misma elección del organismo rector. í‰ste será uno de los principales temas de la reunión. También adelantaba la Junta de la SGAE que el organismo rector que ha de ser elegido estará formado por cuatro miembros de cada uno de los colegios de la SGAE y por representantes de la candidatura perdedora en las elecciones que lideró Sastrón. Sin embargo, una portavoz de esta candidatura asegura que nunca han recibido esta propuesta y que nunca la aceptarán.   Al mismo tiempo la Ministra de Cultura ha de comparecer en el Congreso para dar explicaciones. Se sabe ya que su discurso se basa en justificar que el ministerio no tiene competencia ninguna respecto a lo que pasa dentro de la entidad.   El Ministerio de Cultura continúa negando cualquier competencia de control sobre las entidades de gestión. Sin embargo en 2008 y 2009, el ministerio solicitó sendos informes a la Agencia Estatal de Evaluación de la Calidad (Aeval) acerca del funcionamiento de la SGAE, que tuvieron un resultado positivo.   En un principio parecí­a que el acuerdo era posible, y que el organismo rector podí­a ser elegido por consenso con tres representantes de cada una de las listas que se presentaron a las elecciones, cinco independientes y una asamblea extraordinaria en la que ratificar las decisiones y rendir cuentas. No se llegó a acuerdo   Los firmantes del manifiesto que llama a la refundación se multiplican con nombres como Pedro Almodóvar, Fermí­n Cabal, Francisco Nieva, Manolo Garcí­a, Iciar Bollain, Andrés Lima, Antonio Carmona, Achero Mañas, Fernando Colomo, Cristina del Valle, Ana Diosdado, Jordi Galcerán, Rosa León, José Luis Garcí­a Sánchez, Tontxu, Cristina Rota, Marí­a Velasco o Antonio Álamo. El próximo dí­a 20 han convocado la asamblea extraordinaria. Sí­ o sí­.   Aunque esté todaví­a por dilucidar cuáles son los delitos cometidos, no fue nunca necesario un juez para comprender que en la dirección de la SGAE se habí­a consolidado una especie de «artistocracia» que basaba su polí­tica en la recaudación. Estarí­a bien que se considerasen ambas cuestiones, delito y elitización, como dos aspectos de una misma realidad. Construir un proyecto sobre la base del rentismo y el parasitismo no puede parir nada bueno, en primer lugar para los propios autores y editores, la mayorí­a, que no disfruten de los privilegios de la «artistocracia». Sobretodo teniendo en cuenta que quienes han entrado a formar parte de la dirección de la SGAE han sido las grandes corporaciones.   El problema no es la creación de una fuerte industria española, proyecto que se le supone a los inicios de la gestión de Teddy Bautista, sino quién realmente a gestionado eso y al servicio de quién. Esperamos poder pronto arrojar luz sobre esto.  

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