Ciencia

La Antártida se «levanta»

La red POLENET, consistente en rastreadores GPS y sensores sí­smicos situados en la roca bajo el hielo antártico, y complementado con otras redes como la Red GPS Antártica Occidental (WAGN) y la Red de Deformación de las Montañas Transartánticas (TAMDEF), dan una imagen clara de este ascenso de la corteza antártica conforme va fundiendo la Capa de Hielo. Este ascenso se conoce como Isostasia glaciar.

La Isostasia se define como el equilibrio hidrostático de la Tierra. Los altibajos de la corteza, como montañas y valles, encuentran su comensación correspondiente en el interior de la misma. Es decir, las cordilleras no sólo tienen una altitud sobre el nivel del mar, sino también bajo el nivel del mar, llegando hasta un máximo de 100 kilómetros de profundidad. La pérdida de masa, bien por erosión de las rocas, bien por fundirse el hielo de la Antártida, se ve compensada por la elevación del terreno. Son los llamados “movimientos de equilibrio isostático”. Podría decirse, de una forma muy simple, que las montañas también tienen “raíces”. Se conocen dos modelos de Isostasia: – El primero consiste en que sobre una superficie de equilibrio común, las rocas se distribuyen en mayor o menor altitud dependiendo de su densidad. Es el modelo de Pratt. – El segundo se basa en una distribución de la masa rocosa partiendo de un eje o nivel central, el 20% se situaría por encima de ese nivel, y el 80% por debajo. Se trata del modelo de Airy. Estos procesos de isostasia se han dado siempre a lo largo de la historia de la Tierra, e incluso se tiene conocimiento de que en las glaciaciones del Pleistoceno, hace unos dos millones de años, en buena parte del norte de Eurasia y Estados Unidos se producía isostasia glaciar como el caso de la Antártida.

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