Argentina: un muro separará a los pobres de los ricos

La anomalí­a de la pobreza

El Gobierno argentino pedí­a al municipio San Isidro que detenga la construcción del muro de más de 1,5 Km destinado a separar una lujosa zona residencial de un barrio pobre, por considerar que significa «una involución» para el paí­s, ha señalado la presidenta Kirchner. El ayuntamiento justifica la decisión porque pretende combatir la inseguridad que existe en la zona: «No tenemos otra intención más que cuidar a nuestra gente», ha explicado Posse, cabeza del consistorio de San Isidro, uno de los más ricos del paí­s. ¿Quién es su gente? ¿Sólo los ricos de la ciudad? Habrí­a que preguntarle.

A esar de que la construcción del muro es un escándalo, lo es mucho más la base, la razón social de fondo por la que puede emerger esta aberración de ladrillo en Argentina. Porque el gobierno se escandaliza por el fatídico muro, pero no lo hace por el grado de exclusión, pobreza y de abismo social en el país austral. En el 2001 en Argentina la pobreza llegó al 60% de la población. En la actualidad (2007) el índice de pobreza es del 33% , y bajo el nivel de pobreza para menores de 14 años es del 48% , es decir, que dos de cada cinco menores lo están. Por ello las tasas de mortalidad infantil son altísimas: una media nacional del 16%. Pero la Argentina está entre los cinco países, a nivel mundial, en producción y exportaciones de alimentos básicos, como el trigo, la soja, el maíz y carnes, entre otros. Tal es el volumen de exportación de alimentos que podría abastecer a unas 330 millones de personas. Sin embargo, en Argentina, con 37 millones de habitantes 1 de cada 5 niños -un 20% -tiene problemas de desnutrición en el Gran Buenos Aires. Esto sí es una aberración, una desgracia: un país muerto de hambre que produce alimentos para todo el planeta. Esta es la verdadera “anomalía” de la pobreza. En Argentina existen hasta hospitales especializados en el tratamiento de desnutridos. La exclusión llega a sus niveles más antagónicos no en el campo sino en los núcleos urbanos. San Isidro es una muestra de ello. Porque en el Conurbano Bonaerense alrededor de la a Ciudad de Buenos Aires (San Isidro es unos de estos 24 conurbanos) vive la mitad de los pobres del país.

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