Jorge Gómez es diputado de la Asamblea Departamental de Antioquía (Colombia) del PDA.
La rendición de cuentas de la alianza AMA, presentada con toda la parafernalia mediática que tanto seduce a los mandatarios de Antioquia y su capital, resultó ser una mezcla de ilusionismo – producción artificial de efectos – y fuego fatuo, metafóricamente, esperanza o meta que guía a alguien, pero es imposible de alcanzar.
El Gobernador Fajardo no dudó en calificarla como algo inusual en el sistema político nuestro al tiempo que recalcó la importancia de los lazos de amistad (sic) con el Alcalde Gaviria. Por su parte el burgomaestre de la capital de la montaña destacó que para Medellín es trascendental el desarrollo de las regiones porque cuesta mucho el éxodo de los pobladores rurales hacia la ciudad.
Pero al traspasar la capa de maquillaje se puede ver que además de resultar falsos o por lo menos deleznables los avances, arrojan un balance verdaderamente deplorable para los medellinenses y antioqueños. Demos un breve repaso a los anuncios y contrastémoslos con las realidades.
En educación anuncian la creación de un Fondo de becas para la educación superior de naturaleza departamental. Un mero anuncio. No existe el Fondo, ni siquiera ha sido radicado proyecto de ordenanza alguna en la Asamblea Departamental para darle vida. No es de buen recibo que una rendición de cuentas se incluya acciones que apenas son una intención, un amague. Un anuncio que además es de un pequeñísimo paliativo al inmenso drama que significa la miserable oferta de cupos en la educación superior pública del Departamento.
En infraestructura el gran logro según la patética rendición de cuentas estriba en la aprobación por parte del gobierno nacional de recursos para las llamadas Autopistas de la prosperidad, que ya se sabe, no serán autopistas, ni siquiera dobles calzadas. En salud siguen cabalgando con la EPS mixta que es también un proyecto en la mente de los mandatarios ya que no cuenta con iniciativa de Ordenanza ni de Acuerdo y es además un sinsentido por donde se le mire.
Pero digamos que esta es la parte del libreto que sirve para entretener a la galería. Para los gobernantes de la Unidad Nacional son más importantes los anuncios que las realizaciones. Mucho circo y poco pan.
Veamos ahora algunas de las cosas que sí ha hecho o dejado de hacer la alianza. La capital de la montaña cuenta con uno de los mayores patrimonios públicos que aún quedan en el país. Se trata de las Empresas Públicas de Medellín que en el planteamiento de la alianza debiera jugar un papel estelar. Obtiene sus ingresos principalmente con los clientes de Medellín y su área metropolitana, pero la fuente de sus ingresos contrasta con la de sus materias primas. Casi gratis y en otras regiones del Departamento, obtiene el recurso para surtir de agua y energía a sus clientes.
Y en esto la alianza ha perdido el año. Los incrementos despiadados de las tarifas y la pésima calidad del servicio y la atención a los usuarios, han provocado marchas de indignados ciudadanos en la zona de Urabá, la que se supone será la niña consentida del Plan de Desarrollo de la más educada. El propio Valle de Aburrá no se escapa a la escalada alcista. En un inusitado cumplimiento por la línea superior de las resoluciones del Ministerio estamos pagando incrementos que anualizados superarán en más del doble el incremento del IPC en energía, acueducto y alcantarillado. Las utilidades registradas en el primer semestre por la empresa ya superan el 70% del total de las obtenidas en todo el año 2011, lo que puede significar al final del ejercicio un incremento de entre el 40 y el 50%. Todo a punta de tarifas altas. Debiera hacer parte de la evaluación efectuada por los doctores Fajardo y Gaviria el trato dado por EPM a los campesinos y mineros afectados por el proyecto Hidroituango, de propiedad de la Antioquia más educada y del Medellín que se autoproclama como un hogar para la vida, quienes han denunciado que se les viene despojando del elemental derecho al trabajo.
Una buena alianza debería partir de la base de adoptar por parte de EPM un comportamiento propio de una empresa pública, de propiedad de todos los medellinenses y que obtiene su materia prima en territorio de todos los antioqueños. El comportamiento de odioso monopolio privado no corresponde al deber ser de un monopolio público.
En educación la rajada de la alianza puede ser mucho peor. La queja de estudiantes, rectores, educadores y padres de familia por el deplorable estado de la infraestructura educativa y la falta de maestros en prácticamente todas las instituciones, deja al desnudo que eso de la más educada no pasa de ser un taparrabos que sirva para justificar la construcción de 40 ciudadelas educativas en medio del negligente abandono del resto de los planteles.
En ejecución presupuestal, en lo que concierne a Antioquia, es deplorable que ya estemos arribando al décimo mes del año, como se dice coloquialmente ya huele a natilla y buñuelos y en las arcas de los bancos reposa cerca de un billón de pesos que a los antioqueños no les reporta ningún beneficio, pero a los agiotistas de los monopolios financieros los colma de felicidad. Y si esto sucediera con una buena parte de las necesidades resueltas, vaya y venga. Pero esto es en medio de infraestructura vial destruida, colegios y escuelas en ruinas, estudiantes sin profesor de una u otra materia. ¡Ah! y con unas EPM con pronóstico de obesidad mórbida en lo que tiene que ver con sus ganancias y un sistema financiero con nuestra plantica trabajando para ellos.
Que Gaviria y Fajardo son compadres, no cabe duda; que para Medellín es trascendental el desarrollo de las regiones, también es una verdad de Perogrullo; lo que si no es cierto es que esta alianza, como está planteada, vaya a resolver el éxodo y la profundización de la pobreza y las desigualdades. Tampoco es verdad que este tipo de alianzas sea inusual en nuestro sistema político: casi todos los mandatarios se juntan para mantener los privilegios de unos pocos y el perverso statu quo que tiene postrada la nación y lo hacen, a guisa de magos de piñata, tratando de hacer ver lo inexistente. O si no, observen a Juan Manuel Santos.