Selección de prensa nacional

Kosovo por dentro

Ha tardado en reaccionar, pero cuando lo ha hecho ha sido con contundencia. Con inusitada contundencia incluso. Nos referimos, claro está, al asunto de Kosovo y al diario El Paí­s. Resultaba un tanto chocante que el principal periódico nacional no hubiera tomado posición, a través de su lí­nea editorial, sobre un acontecimiento que ha estado durante más de 72 horas en el centro de la vida polí­tica del paí­s. Una vez leí­da la editorial que hoy le dedica, parece evidente que estaban sopesando muy meditadamente la respuesta.

Y ésta, la resuesta, no se ciñe en absoluto al tema de Kosovo, sino que partiendo de él tira por elevación y se dirige a cuestionar si no el liderazgo, sí al menos la capacidad y las formas políticas desplegadas por Zapatero durante su etapa como presidente de gobierno. Formulando, sutil y enrevesadamente eso sí, como es habitual en el buque insignia del Grupo Prisa, al mismo tiempo una posible alternativa que, como no podía ser menos, se alinea con los intereses declarados del grupo y sus vínculos directos con una parte de la dirección –entendida en un sentido amplio e histórico– del PSOE Para empezar, un reproche de alta (o baja, según se mire) política internacional. Justo en un momento en que con la llegada de Obama se están produciendo un conjunto de re-alineamientos en el tablero internacional, “España no debería ver hipotecada su posición en los nuevos equilibrios mundiales”. Lo que en otras palabras viene a decir que una cuestión de principios –el rechazo español a la independencia unilateral de Kosovo– no es motivo suficiente para enemistarse o tener un serio encontronazo con el gran jefe de Washington. Hilando fino, podríamos llegar incluso a aventurar que estamos ante un mensaje subliminal, en el sentido de achacarle a Zapatero falta de “sentido de Estado” como fue capaz de tenerla, por ejemplo, Felipe González, renunciando a “cuestiones de principio” (recuerden el “OTAN de entrada no”) por acatar las decisiones de Washington buscando en esa renuncia (por calificarla suavemente) obtener las mayores contrapartidas posibles. Para El País, la retirada de las tropas españolas de Kosovo, la forma y el momento de anunciarlo por la ministra de Defensa son una “iniciativa mal calibrada, peor gestionada y transformada, por último, en una comedia de enredo”, dado el insólito espectáculo de asistir a una rueda continuada de ministros y altos funcionarios ofreciendo explicaciones contradictorias entre sí y desdiciéndose a las pocas horas de haberlas pronunciado. Si el 1-M puso de manifiesto el desgaste externo, electoral, del gobierno de Zapatero, el asunto de Kosovo ha puesto sobre el tapete su debilidad e incongruencia política interna. Debilidad e incongruencia que El País achaca a la particular forma de gobernar de Zapatero que, según el diario, es un peculiar combinación de tacticismo e improvisación, de presidencialismo y preocupación por la imagen antes que por los contenidos. Y que para hacerlo, recurre a “la proliferación de canales informales”, lo que hay que entender como la principal reclamación del grupo, desposeído con la llegada de Zapatero de su privilegiada condición de único portavoz oficioso de la dirección del PSOE y del Gobierno que ha mantenido durante más de 20 años. Y que, al mismo tiempo, reduce el papel de los ministros y sacrifica la experiencia, lo que sólo puede entenderse a su vez, como la principal reivindicación de la llamada “vieja guardia” socialista, es decir, uno de los núcleos históricos de la dirección del PSOE, relegados tras la llegada de Zapatero y unidos a través de mil vínculos con el diario El País. Leído de una determinada manera, el editorial apunta inequívocamente hacia una conclusión: si Zapatero quiere recuperar parte del desgaste al que lo está sometiendo la crisis debe apoyarse menos en las figuras emergentes el nuevo PSOE (cuyo modelo por definición es Carme Chacón) y pasar a confiar y apoyarse nuevamente en quines tienen los medios (el grupo Prisa) y la experiencia (la vieja guardia socialista) para superar crisis de este calado. Editorial. El País KOSOVO POR DENTRO Las consecuencias de la decisión unilateral de retirar las tropas españolas de Kosovo pesarán sobre la agenda internacional del Gobierno durante los próximos meses, pues coinciden con la reformulación de la política exterior emprendida por Obama en un momento en que España no debería ver hipotecada su posición en los nuevos equilibrios mundiales. Se trata de una iniciativa mal calibrada, peor gestionada y transformada, por último, en una comedia de enredo por la disparidad de criterios exhibida por el Gobierno en el curso de unas pocas horas. Este error deja también al descubierto los límites de una forma de gobernar que introduce modos presidencialistas en el sistema parlamentario español, reduciendo el papel de los ministros al de meros ayudantes del jefe del Ejecutivo y sacrificando experiencia y usos democráticos al tacticismo y a la improvisación. La preocupación por la imagen y la proliferación de canales informales, al margen de los institucionales y administrativos, se han convertido en signo distintivo del quehacer de Rodríguez Zapatero. El riesgo de un grave traspiés era cuestión de tiempo, y la retirada de Kosovo se ha convertido en la ocasión más inoportuna para que salten estos frágiles esquemas que el presidente ha venido confeccionando a su medida. Para ello ha hecho falta la concurrencia de un ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, privado de la dirección de su departamento hasta el punto de no controlar siquiera el nombramiento de los segundos escalones y el de una ministra de Defensa, Carme Chacón, a la que se le encomienda una cartera por razones de proyección política ulterior, y que organiza un anuncio del calado del realizado en Kosovo la semana pasada sin atender a más calendario que el suyo propio. Unos por otros, y con el presidente del Gobierno en la trastienda, han ofrecido el espectáculo de anunciar un día la retirada de las tropas antes del verano, corregir al día siguiente el plazo y regresar, por último, al punto de partida. Si en esta cadena de rectificaciones y desmentidos alguien se extralimitó o no cumplió con su tarea, cabe exigir como mínimo una explicación política. Sigue siendo difícil de entender por qué se ha decidido la retirada unilateral a tan sólo unos días de una importante reunión de la Alianza Atlántica y del primer viaje de Obama a Europa. El argumento al que Chacón se ha visto obligada a recurrir en un intento de minimizar los efectos negativos de la decisión, en el sentido de que deseaba comunicar la retirada a los soldados españoles en persona, constituye un preocupante síntoma de irreflexión e inmadurez política que a nadie ha pasado inadvertido. En el calendario internacional que aguarda a nuestro país se encuentra la presidencia de turno de la Unión Europea, que exige una capacidad por encima de cualquier otra: coordinación. Que es exactamente la que ha brillado por su ausencia en el anuncio de retirar las tropas españolas desplegadas en Kosovo. Sin alianzas estables después de los resultados electorales de Galicia y País Vasco, al presidente le ha estallado Kosovo cuando se disponía a plantearse una crisis de Gobierno. No es la primera vez que este peculiar presidencialismo tropieza con la tozuda realidad. En otros territorios tan delicados como la política exterior ha cosechado Zapatero fracasos parecidos. Con la política autonómica, la inmigración o la economía ha sufrido percances similares, debido a la misma combinación de negacionismo respecto a la realidad y de voluntarismo presidencialista. Sea cual sea el papel que el presidente del Gobierno haya previsto para la ministra de Defensa, la factura de este episodio pesará gravemente sobre su estrategia y sus planes. EL PAÍS. 26-3-2009 Opinión. El Confidencial UNA DIMISIÓN QUE DA PIE A TODAS LAS SOSPECHAS Jesús Cacho En el peor momento imaginable. Casi al mismo tiempo que se hacía oficial la dimisión de José Viñals como subgobernador del Banco de España, (…) hacían ayer su entrada los representantes de Caja Castilla La Mancha (CCM), Unicaja y la consultora Pricewaterhouse Coopers (PwC) dispuestos a formular esa frase tan española de “y de lo mío, ¿qué?”, de lo nuestro ¿qué?, cuáles son las ayudas que está dispuesto a dar el Banco, a través del Fondo de Garantía de Depósitos en Cajas de Ahorros (FGDCA), para hacer posible una operación francamente imposible. Porque entre el desequilibrio patrimonial de la Caja castellano manchega y los ayudas que el antiguo banco emisor que gobierna Fernández Ordóñez ha prometido otorgar hay una diferencia de más menos 2.500 millones de euros, cifra que básicamente se corresponde con los recursos propios de Unicaja al cierre del ejercicio 2008, de modo que el salvamento/saneamiento de CCM se haría con cargo a la solvencia de la entidad malagueña, con lo que haremos un pan como unas tortas, corremos el riesgo de poner dos entidades en quiebra por intentar salvar a una. Los embajadores de CCM, Unicaja y PwC se disponían ayer a hablar con José Viñals, presidente de la Comisión Gestora del FGD en su calidad de subgobernador, pero a esa misma hora el señor Viñals tenía ya ensillado su caballo, presto a salir al galope para alejarse del incendio, abandonar el barco que se hunde en la mayor tormenta financiera que ha conocido España en mucho tiempo. El solapamiento de ambos episodios (…) abre la caja de los truenos y da pie a todas las sospechas sobre la profundidad de la crisis bancaria, al tiempo que desacredita la versión oficial de lo ocurrido por indigesta. Viñals no es una rata, está bien pagado, y goza de prestigio como economista en ambientes que rebasan ampliamente la corrala española, por lo que su espantada (…) solo puede entenderse como consecuencia de desacuerdos fundamentales con MAFO sobre el fondo y la forma de abordar el saneamiento del sistema de bancos y cajas, discrepancias tanto en el diagnóstico del enfermo cuanto en la adecuada medicina a aplicarle. Desde hace tiempo se sabía que la relación entre ambos no era buena, y que se había ido deteriorando a lo largo del último año. Sonoras discrepancias, descalificaciones incluso, en reuniones de la Comisión Ejecutiva del Banco, y frecuentes operaciones de puenteo en los temas del día a día que caían dentro de la esfera de actuación del subgobernador. El caso es que Viñals se escapa de Madrid (…) El interés se centra ahora en el nombre del sustituto. ¿Volverá el Gobierno Zapatero, vía Pedro Solbes, a restablecer el acuerdo tácito existente antes de 2004 entre los dos grandes partidos, según el cual quien ocupaba el Gobierno nombraba al gobernador, mientras el partido de la oposición se encargaba del subgobernador? El asunto tiene su miga. Por parte del PP, porque se trata de saber si Mariano Rajoy está ahora dispuesto a sacarle al Gobierno ZP las castañas del fuego de la tremenda crisis financiera en curso, lo cual equivale a preguntarse si el PP está en disposición de comerse algún que otro marrón –que la profundidad de la misma hará inevitable- con el nombramiento de un subgobernador de su cuerda. El dilema no es menos peliagudo para el PSOE, en general, y para el correoso MAFO, en particular. Cuando alguien, nada menos que el partido del Gobierno, está dispuesto a poner en marcha una operación tan abracadabrante –totalmente injustificada desde el punto y hora en que hay otras Cajas en apuros, y no pocas tienen presidente popular- como la fusión CCM-Unicaja solo por salvarle el culo a un notorio conmilitón, es que ese Gobierno y ese gobernador están dispuestos a llegar todo lo lejos que sea menester en el disparate, lo cual hace muy necesaria la ausencia de testigos en derredor. Es lo que tiene tomar las instituciones por campo de Agramante del partidismo más sectario. EL CONFIDENCIAL. 26-3-2009 Editorial. El Correo CUESTIÓN DE DIGNIDAD La decisión anunciada ayer por el PSE-EE y por el PP de que el próximo Gobierno vasco anulará el decreto que desde 2006 regula la concesión de ayudas a los familiares de presos para sufragar sus desplazamientos a cárceles de fuera de Euskadi, haciendo decaer cuantas disposiciones lo hayan desarrollado, devuelve a las víctimas del terrorismo la dignidad mínima exigible a la actuación de las instituciones. El hecho de que el consejero de Justicia del País Vasco, Joseba Azkarraga, haya adelantado la convocatoria para tales subvenciones respecto a la fecha habitual de su publicación representa un abuso de las prerrogativas de un gobierno en funciones que, aun siendo legal, contraviene las normas de respeto y consideración hacia el nuevo Ejecutivo en un tema tan controvertido. Sobre todo después de que el PSE-EE apoyara los Presupuestos Generales para 2009 pidiendo al Gobierno vasco que no financiara los viajes de los familiares de presos. Aunque, con arreglo a la legalidad, sea prácticamente imposible evitar la aplicación de la orden de Azkarraga, resultaba necesario que socialistas y populares reaccionaran ante la misma informando de que, una vez producido el relevo en la Lehendakaritza, fruto del acuerdo entre las dos formaciones, éste será el último ejercicio en el que se librarán las ayudas. En 2005 el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco anuló órdenes análogas a la ahora tramitada debido a que las instituciones de Euskadi no pueden corregir con su acción la política seguida por el Estado en materia penitenciaria. El subterfugio empleado por el Ejecutivo Ibarretxe para sortear la sentencia fue catalogar las subvenciones como asistencia social, incurriendo además en la desfachatez de gestionar las mismas a través del Departamento de Justicia y no del de Asuntos Sociales. Las ayudas para financiar los desplazamientos de familiares de presos han obedecido a una manifiesta intención política de cuestionar la negativa de los sucesivos gobiernos centrales, dentro de su estrategia antiterrorista, a concentrar a los seiscientos reclusos de ETA en cárceles del País Vasco, dado que su reagrupamiento favorecería su encuadramiento activo a las órdenes de la banda. Pero también han respondido a la acomplejada conmiseración con la que el nacionalismo gobernante ha tendido a reconocer en torno a los verdugos circunstancias que los convirtieran en víctimas. EL CORREO. 26-3-2009

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