Visita sorpresa del lí­der demócrata a la franja

Kerry en Gaza: primer aviso

«No tenemos conocimiento de la visita», dijo Mark Regev, portavoz del primer ministro Olmert, con un aire nervioso que no fue capaz de disimular. Una bofetada a Israel, así­ se lo ha tomado Tel Aviv. Mientras que en Israel se configura casi con total seguridad un gobierno de extrema derecha Netanyahu-Lieberman, el senador John Kerry, una de las máximas figuras del Partido Demócrata -fue rival de Bush en 2004- visitaba ayer por sorpresa la franja de Gaza.

Es un gesto sin recedentes. Para empezar, desde hace cinco años ningún dirigente norteamericano pisaba la franja, pero además la visita ocurre cuando no hace un mes del cese de la cruenta operación "Plomo Fundido", que ha dejado 1400 víctimas mortales, 5000 heridos y la franja devastada. Para terminar, la presencia de Kerry en Gaza se ha interpretado como un inequívoco gesto de desautorización al desplante del gobierno Olmert a la tregua alcanzada por la diplomacia egipcia, que había recibido el visto bueno de Hamás.Kerry, acompañado por otros dos miembros de la Cámara de Representantes, no se entrevistó con dirigentes de Hamás –considerada oficialmente como una organización terrorista por EEUU-, pero sí con los responsables de la misión de la ONU en Gaza (UNRWA), uno de los cuales le entregó una carta enviada por Hamás. Se ignora su contenido, pero su sola entrega ya pone los pelos de punta a Israel.Tanto Netanyahu como el ultranacionalista Lieberman han declarado sus intenciones de derrocar al gobierno de Hamás invadiendo de nuevo la franja si es preciso. La configuración en el gobierno de Tel Aviv de un gabinete de los sectores más belicistas del sionismo israelí significa un serio revés para la diplomacia inteligente del Departamento de Estado.Quizá sea demasiado tarde para que Washington pueda cambiar el color o la composición del gobierno de Tel Aviv, pero EEUU ha querido lanzar un gesto contundente a su gendarme israelí. La nueva línea internacional de la Casa Blanca está decidida a calmar Oriente Medio, una necesidad vital para poder llegar a acuerdos con Irán.Hamás no ha hecho declaraciones acerca de esta visita, ni los ayatolás tampoco, pero la audaz jugada norteamericana confirma el nuevo tono de la diplomacia norteamericana hacia Irán y su sistema de aliados. Washington busca un compromiso con Teherán para poder reasentar su poder en Oriente Medio. El repliegue iraquí, y sobretodo el refuerzo afgano –absoluta prioridad geoestratégica para EEUU- precisan de la cooperación, o cuanto mínimo de la anuencia iraní.La Casa Blanca no está dispuesta a que el gendarme obstaculice sus planes. Este es sólo un primer aviso.

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