Garzón duda de la constitucionalidad de su limitación

Justicia universal sí­, excepto potencias

Baltasar Garzón, juez de la Audiencia Nacional ha declarado, en el momento de recibir una condecoración del Gobierno dominicano por su defensa de los derechos humanos y del principio de justicia universal, que continuará trabajando por el mencionado principio. Y ello, pese a la reforma legal aprobada con «nocturnidad y alevosí­a» por acuerdo del PSOE y del PP ya que ante estas «cosas serias» olvidan las diferencias. Y la decisión adoptada expresa claramente que a España le preocupa más no ofender a algunos gobiernos poderosos que poner fin a la impunidad de la que gozan los criminales en dichos paí­ses. Más explí­cito imposible. Estados Unidos y otras potencias han exigido que el Gobierno español metiera en cintura a la justicia española, y que cerrara la espita abierta por los jueces independientes.

Como ha afirmado Garzón, este rincipio de justicia universal se cuestiona en España restringiéndolo con una norma que va en contra de todos aquellos hitos que se habían conseguido. Pero es que llevar ante la justicia a criminales como Pinochet en Chile, militares en Guatemala, oficiales israelitas en Palestina, los responsables de la muerte del periodista español Couso y un largo etcétera supone sacar a la luz las responsabilidades penales de gobiernos poderosos. La jurisdicción universal en España está de luto. La justicia española ha sido amputada ante ciertas potencias. Y frente a las ‘voces de sus amos’ que han hablado, en el falso lenguaje, de “buscar un equilibrio entre la impunidad y la no injerencia en asuntos ajenos”, es decir, no a la impunidad mientras no se toquen sus responsabilidades; debemos defender el principio de jurisdicción universal absoluto, con la única restricción lógica cuando los hechos denunciados puedan ser realmente juzgados en el país donde se cometieron o por un tribunal internacional. Sólo así no existirá impunidad.

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