Iberdrola Generación y cuatro de sus altos directivos están siendo juzgados en la Audiencia Nacional. La Fiscalía Anticorrupción les acusa de utilizar prácticas monopolistas para inflar artificialmente el precio de la luz en 2013, obteniendo con ello un beneficio multimillonario.
Los hechos revelados en el juicio demuestran cómo las eléctricas ejecutan un abierto atraco contra la población gracias a su dominio monopolista sobre un sector básico.
Los hechos se produjeron entre el 29 de noviembre y el 23 de diciembre de 2013. La Fiscalía Anticorrupción acusa a Iberdrola de “idear y poner en funcionamiento un sistema para incrementar el precio de la energía que vendía, más allá del que debiera resultar de la libre concurrencia de la oferta y la demanda”.
La base que permite a Iberdrola ejecutar el delito es su control monopolista sobre la energía hidroeléctrica. Controla tres centrales, la del Duero, Sil y Tajo, que suponen el 50% de toda la potencia hidroeléctrica española.
Y el arma que utilizó es el sistema marginalista, que fija el precio de toda la luz a partir de la fuente más cara.
La maniobra de Iberdrola consistió en elevar artificialmente el precio de la energía ofertada por sus tres megacentrales, provocando que quedaran fuera de las subastas que fijan los precios de la luz.
¿Qué consiguió con esto?
La CNMC, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, que ya ha condenado a Iberdrola por estos mismos hechos, afirma que “con ello provoca la entrada de tecnologías más caras, que se hacen necesarias para cubrir la demanda, y que incrementan en mayor medida el precio de casación del mercado”.
El control monopolista y el sistema marginalista permiten a Iberdrola actuar para imponer un precio de la luz muchas veces por encima del real. Nosotros pagamos más, y ellos ganan mucho más.
La CNMC denuncia que “esta actuación no es puntual ni accidental, sino que se mantiene de forma sostenida en un periodo de tiempo amplio”.
Los cuatro altos directivos de Iberdrola que se sientan en el banquillo intentan trasladar la responsabilidad a un programa informático que decidía los precios de forma automática. Pero las evidencias en su contra son abrumadoras. Les han pillado con las manos en la masa.
Lo que hicieron en 2013 es lo mismo que hacen ahora, obligándonos a pagar por la luz un precio superior al real
Es una excelente noticia que la mayor eléctrica del país y algunos de sus directivos sean juzgados por sus abusos.
Pero deben devolver todo lo que robaron. La CNMC fija en 115 millones el perjuicio causado a los consumidores por la actuación de Iberdrola. Pero solo le impuso una multa de 25 millones. Y la Fiscalía Anticorrupción reclama en el juicio una indemnización de solo 89 millones. Que devuelvan, con intereses, todo lo que robaron.
Y sobre todo, este caso debe servir para poner en el foco el atraco de las eléctricas. Lo que hicieron en 2013 es lo mismo que hacen permanentemente, obligándonos a pagar por la luz un precio superior al real. No hay que juzgar y condenar los momentos donde el atraco es ya excesivamente escandaloso, sino impedir que el ladrón pueda seguir robando.