SELECCIÓN DE PRENSA INTERNACIONAL

Juego de culpas, estilo europeo

Las noticias financieras de Europa siguen empeorando. El gobierno de España, con sus bancos naufragando, tal vez tenga que ser rescatado pronto. El costo del rescate podría crear tensión en el nuevo fondo de rescate europeo, dejándolo con poco en caso de que los inversores se fijen en Italia inmediatamente después.Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo, advirtió esta semana que la zona euro con su estructura actual se había vuelto «insostenible». Criticó a los dirigentes políticos de Europa por las medias tintas y los retrasos que han empeorado la crisis. Está en lo cierto.El problema no es la falta de ideas sobre cómo resolver el lío de Europa. El nuevo presidente de Francia, François Hollande, ha argumentado que la austeridad implacable –defendida por Alemania– no es la respuesta y que los países endeudados necesitan ayuda para crecer. La Comisión Europea publicó un informe diciendo que la reducción de deuda, tiene que hacerse de «una manera favorable al crecimiento.»El Sr. Hollande, el Fondo Monetario Internacional y muchos economistas también están pidiendo la emisión en forma conjunta de eurobonos para aliviar los costos de endeudamiento a los gobiernos endeudados. Draghi está presionando para hacer reformas institucionales a largo plazo, incluyendo un seguro de depósitos para toda Europa y la supervisión bancaria, una cesión de control que es poco probable que sea bien aceptada por poderosos banqueros y algunos dirigentes.Lo que falta son políticos con el coraje de decir a sus votantes las duras verdades básicas –acerca de cómo ha pasado esta crisis y lo que se necesita para salir de ella.En Grecia, las próximas elecciones han sido presentadas como una elección entre aceptar la austeridad impuesta desde el exterior, o abandonar el euro. Los votantes necesitan saber que los griegos han sido, de hecho, unos prestatarios derrochadores y la austeridad y las reformas dolorosas no se pueden evitar, no importa de qué forma.Si Grecia vuelve al dracma, el dolor sería mucho peor, lo que provocaría una recesión aún más profunda y un mayor desempleo, ya que la nueva moneda perdería valor y los precios subirían, y las empresas y los bancos, que no podrían pagar las deudas denominadas en euros, se verían obligados a declararse en bancarrota. Pero, de cualquier manera, habrá un montón de dolor.El desafío para los líderes de Grecia –y para todos los de Europa– es encontrar una manera de fomentar y gestionar las reformas y la austeridad sin una implosión económica y social.Los líderes alemanes, por su parte, insisten en que Grecia y otras economías endeudadas tienen que pagar por sus errores pasados. La canciller Angela Merkel debe convencer a sus votantes. Los préstamos a los bancos derrochadores de Europa, incluyendo los de Alemania, ayudaron a impulsar a niveles insostenibles la de deuda de Grecia, así como los de otras economías. Y los rescates no son un favor a Grecia y otros. Son, en parte, un rescate de los bancos de la propia Alemania, que la economía alemana y su sistema financiero necesitan para funcionar.Ese punto fue destacado recientemente en nuestro periódico por Liz Aderman y Jack Ewing, quienes informaron que dos tercios de los 177 mil millones dólares en ayuda de rescate a Grecia desde 2010 ha ido a pagar a los tenedores de bonos y los prestamistas que supervisan el plan de rescate, incluida la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional.Salvar a la zona euro en conjunto, y evitar un caos aún mayor, exige sacrificios de todos los lados. Los líderes europeos pueden lograrlo sólo si les dicen a sus electores la verdad sobre lo que se necesita – y sobre la complicidad de sus propios países en la crisis.

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