¿Por qué se empieza a hablar de una generación cero es decir, con futuro cero, en España? Porque nuestro país tiene el paro más elevado de toda la Unión Europea entre los jóvenes. Según los últimos datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística (INE), de octubre a diciembre de 2008, había 1.206.000 menores de 30 años desempleados, con una tasa del 22,17%. Si hablamos sólo de los menores de 25, que Eurostat (la agencia estadística europea) considera paro juvenil, la tasa era del 30,4% en enero. El porcentaje habría alcanzado el 31,5% en marzo, y las previsiones para el segundo trimestre de 2009, serían del 33,2%. Lo más grave ahora no es cobrar los 762 euros al mes brutos que percibe de media un recién titulado. De la ya existente temporalidad y los bajos sueldos se ha pasado al paro.
Porque unos 200.000 jóvenes de menos de 30 años, que han terminado sus estudios universitarios o de formación rofesional en plena crisis y buscan su primer empleo, no tienen oportunidades de trabajo. No pueden empezar a trabajar. Empleo cero, perspectivas cero. Desde que empezó la crisis no sólo no hay contrataciones sino que hay despidos. Podría pensarse que en momentos de salvaje destrucción de empleo los jóvenes sin experiencia son mano de obra barata y cualificada. Pero no es así, lo que se busca es productividad inmediata sin perder tiempo en enseñarles a trabajar.Uno de los efectos de la crisis es que ahonda aún más las desigualdades sociales ya existentes. La mejor situación económica familiar permite seguir estudiando ante la imposibilidad de encontrar trabajo. Sólo el 8,4% de los hijos de padres sin formación universitaria accede a la Universidad. La formación se ha convertido en una forma de ocupación y de mejor preparación para el futuro. Porque lo que espera a quien busca su primer trabajo, como ya era en la época previa de crecimiento económico, son salarios mínimos, relaciones laborales disfrazadas de becas, mayor cualificación de la necesaria para el puesto de trabajo, y contratos temporales (un 50,8% entre los menores de 30 años). Pero la crisis está agravando todo esto.Se está agravando una situación desarrollada a lo largo de los últimos diez años. Con unas condiciones de trabajo prácticamente sin limitaciones legales, en las que se ha generado mucho empleo, pero sin valor añadido; con jóvenes en puestos de trabajo muy baratos, muy vulnerables y fácilmente sustituibles; en categorías inferiores con responsabilidades superiores; cubriendo con contratos temporales puestos de trabajo permanentes; y con una formación muy superior de los jóvenes a la requerida en el primer empleo, desaprovechando la inversión educativa y generando frustración.Sólo una alternativa unida de todos los jóvenes y demás ciudadanos de a pie que dé una salida favorable a la crisis para los trabajadores y el resto del pueblo español puede cambiar el cero por una cifra realmente positiva.