Jordi Grau

De verdad: es bueno que existan alabras de verdad o que, al menos, pretendan serlo, cuando resulta tan difícil saber en qué consiste lo verdadero. En realidad todo es verdad puesto que hasta la mentira es verdad que es mentira y ya no sabemos cómo llamarle a lo que nos parece cierto para lograr diferenciarlo de lo falso, ni podemos llamar a las cosas por su nombre porque vivimos la época de los sinónimos y las palabras acaban siendo simples armas arrojadizas con las que se pretenden cosas inconfesables.Sea como sea, amigos de “De Verdad”: bienvenidos al laberinto del engaño y la doble intención; juguemos a decir una verdad mas verdadera que las demás. De momento estoy con vosotros y podéis contar conmigo. Con la provisionalidad correspondiente, porque, la verdad: nunca se sabe.