Espectáculos

Jazz Iberoamericano: Festival de Venas Abiertas

En 1947 Bebo Valdés se incorporó como pianista a la orquesta de Issa El Saieh, en Haití­. Era uno de los galeristas más prestigiosos de Haití­, saxofonista y un prodigioso arreglista. Gracias a él Bebo tubo contacto con ritmos africanos prácticamente desconocidos por aquel entonces, incluso en Cuba. Como afirmaba el propio Bebo en una entrevista concedida en la presentación de su biografí­a «En todos esos mares del Caribe hay todaví­a muchas cosas inéditas, por descubrir.»

Chucho Valdés, hijo y genio de la misma sangre, viene destacándose or promover la investigación y el encuentro del jazz iberoamericano con todos los torrentes musicales abiertos o por abrir. Aunque el jazz puebla el planeta, la transfusión constante de vida y estilo es reclamada en cada una de las venas que se abren en estos eventos, muy especialmente en Iberoamérica. Tu sangre es mía, y la mía tuya. De manera que el grupo sanguíneo muta generando algo nuevo. Será porque se intuye todo lo que queda “por descubrir”, o será por la universalidad iberoamericana, pero ocurre… Más de 220 músicos norteamericanos, como Lewis Nash, Andy Farell o Keny Werner; 120 músicos uruguayos y argentinos como Luis Salinas o Diego Urcola; 80 brasileños… de Colombia, Australia, Cuba, Venezuela, Panamá, México, Israel , España, Suecia, Japón, Chile… han participado en el Festival Punta del Este – Uruguay – durante 14 años que se cumplieron el pasado día 11 de enero. Este año la crisis se ha impuesto sobre la música y el festival ha tenido que suspenderse. Sin embargo la sangre brota a borbotones… Colombia ha visto nacer decenas de ellos por todo el país a raíz del Festival de Jazz Teatro Libre de Bogotá. La edición del año pasado fue, realmente, más un puente con Europa que un encuentro con la familia. Chano Domínguez, el pianista gaditano acudió a la cita como único representante hispano a parte de los colombianos Bolaefuego, Ensamble, J. S. Monsalve y Colina Jazz. El lujo fue escuchar a los holandeses de Nueva Manteca, hispanistas de profesión. Entre el 12 y el 17 de enero se dieron cita 16 artistas y grupos en el Festival Panamá Jazz. Se escuchó el saxo electrónico de Neil Lenard y al mismísimo Chucho Valdés que deleitó a falange limpia en compañía de la xilofonista Tamara Blue; un diálogo bebop irrepetible. Pero la expectación la provocó Milagros Blades la percusionista prodigio de 12 años que, acompañada por el Tia Fuller Quartet, gustó a parche tendido. Desde la cantante de latinjazz, María Rivas, en el Festival de Naguanagua, al trío brasileño de Robby Marchal en el Festival Internacional de Lima, los eventos crecen como setas. Las nuevas combinaciones genéticas son ya innumerables y en cada rincón surge una iniciativa: Festival de jazz y nuevas tendencias en el Ateneo de Caracas, Festival Iberoamericano de Trujillo, el Progjazz de Barquisimeto, el de Aquí y de Allá de Mérida, Manizales, Costa Rica, Republica dominicana, Guatemala… Uno de los más antiguos es el Festival Internacional Jazz Plaza que en febrero de este año cumple su 25 aniversario. Una parte importante de la edición pasada estuvo dedicada a las nuevas promesas: Harold López Nussa, Tamara Castañeda, Alejandro Vargas, Rolando Luna, Roberto Martínez y Alfredo Rodríguez. El festival cubano ofreció una conferencia especial sobre José Luís Cortes “El Tosco”, miembro de la banda Irakere, fundada por Chucho Valdés al igual que el propio festival – omnipresente como una divinidad jazzística -. Musicólogos y filólogos del Centro de Investigación y Desarrollo de la Música Cubana (CIDMUD) integraron la parte teórica y de investigación que el evento cuida especialmente. Cientos son los que aquí no caben, pero es manifiesta la energía desbordante, la sangre a borbotes que fluye por las venas abiertas del jazz iberoamericano, donde “hay todavía muchas cosas inéditas, por descubrir.”

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