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Italia en crisis por el regreso de Berlusconi

LA DIMISIÓN «irrevocable» del primer ministro italiano Mario Monti por la irrupción de Silvio Berlusconi ha desatado en el Estado transalpino una crisis política de sombrías consecuencias económicas. Es muy probable que los mercados acojan negativamente la vuelta de Il Cavaliere por laincertidumbre que eso genera. Subirá por consiguiente la prima de riesgo de Italia, que cerró el viernes a 323, arrastrando probablemente a la de España. Monti ha tirado la toalla, entre dolido e indignado, después de que el partido de Berlusconi, el Pueblo de la Libertad (PDL), que tiene la mayoría absoluta en el Parlamento, le retirara la confianza. El flemático tecnócrata, que tomó las riendas del Gobierno en noviembre de 2011, ha acometido una serie de reformas menos severas que las de Rajoy, pero ha conseguido sacar al país del abismo y mantener dentro de niveles aceptables la financiación del Estado. Monti ha anunciado que renunciará después de que el Parlamento apruebe los presupuestos de 2013, lo que se producirá antes de finales de año. El PDL se ha comprometido a no torpedear esa decisiva votación. Con este calendario, las elecciones, previstas para el 10 de marzo, podrían adelantarse a mediados de febrero.

Il Cavaliere, que no olvidemos ya tiene 76 años, ha estado deshojando la margarita durante estas últimas semanas. Un día afirmaba que iba a volver a la escena y al día siguiente decía justo lo contrario. Berlusconi argumenta que se presentará a las elecciones ahora porque Italia está peor que hace un año, con más paro y más presión fiscal que antes. Pero en realidad a nadie se le escapa que se mueve únicamente por intereses personales porque quiere blindarse ante los jueces. Todavía tiene dos causas pendientes con la Justicia. Una sobre fraude fiscal en relación con su imperio Mediaset, en la que ya fue condenado a cuatro años de cárcel, pero cuya sentencia aún no es firme. El ex premier también deberá responder ante los tribunales por el caso Ruby, en el que está acusado de un delito de prostitución de menores. Su nombre no destila pues ninguna credibilidad y espanta a gran parte de la clase política italiana, incluso a ex aliados como Gianfranco Fini. Su apoyo popular está en mínimos con un 15%. De ahí que su retorno sea una irresponsabilidad absoluta. Enfrente de él estarán el centro izquierda de Pier Luigi Bersani, fortalecido tras unas primarias, y el movimiento Cinco Estrellas, contrario a los partidos políticos tradicionales, que encabeza el cómico Beppe Grillo. Tampoco se descarta que se presente el propio Monti como alternativa de la derecha y venganza frente a Berlusconi.

Bruselas no ha ocultado su profundo temor a que de estos comicios salga un Ejecutivo que se aparte de la senda reformista marcada por Super Mario, así conocido por su ortodoxia cuando era comisario europeo. La marcha de Monti es considerada por el Eurogrupo como todo un «riesgo» para la estabilidad de Italia y otros países «con riesgo de contagio». También va a afectar a España porque perderá un aliado clave de cara a la defensa de las políticas de austeridad. En definitiva, esta inopinada crisis no beneficia a nadie.

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