La aviación israelí­ bombardea el centro de Jan Yunis

Israel vuelve a bombardear la franja

Coincidiendo con la llegada del mediador norteamericano, la franja de Gaza vuelve a estar en llamas, y la frágil tregua amenaza con degenerar en una ofensiva israelí­ de mayor calado. En respuesta a la explosión de un artefacto al paso de una patrulla en el puesto fronterizo de Kissufin, ayer la aviación israelí­ bombardeaba la localidad de Rafah, en la frontera de Gaza con Egipto. Hoy la aviación se ha adentrado hasta la ciudad de Jan Younis, en el sur de la franja. Los aviones han lanzado un proyectil contra un presunto terrorista que viajaba en motocicleta en el centro de la ciudad, hiriendo de distinta consideración a siete niños que regresaban del colegio.

El recrudecimiento súbito de la temeratura en la franja de Gaza ha tenido lugar al mismo tiempo de la llegada a Tel Aviv de George Mitchell, después de haberse entrevistado ayer con el presidente egipcio Hosni Mubarak. Mitchell recabó información de primera mano sobre la mediación de El Cairo en el diálogo Fatah-Hamás por una parte, y en las ofertas de tregua de Hamás y de Israel, por otro. Mitchell se ha reunido hoy con los dirigentes israelíes. El primer ministro Ehud Olmert, le informó del estado de apertura de los pasos fronterizos, una de las condiciones que pone Hamás para llegar a una tregua de un año. Según Olmert, la apertura es “total” para el material humanitario, pero para que se produzca el tráfico normal a través de los pasos, el gobierno israelí ha decidido meter otra variable en la ya de por sí complicada ecuación: la liberación del soldado Gilad Shalit, secuestrado por Hamás desde la guerra del Libano de 2006. Hamás, por su parte, respondió que la liberación de Shalit debe ser negociada de forma aislada y en el marco de un intercambio de prisioneros, y reiteró su exigencia de que se abran los pasos para mantener el alto el fuego.El enviado estadounidense se reunió también hoy con el presidente israelí, Simón Peres, quien no se ahorró elogios para el emisario de Obama y gestos de proximidad con Washington: "No hay ninguna contradicción entre la posición de Estados Unidos y la de Israel", dijo Peres a Mitchell, a quien indicó que: "Tú quieres la paz, nosotros queremos la paz. Tú estás contra el terrorismo y nosotros estamos contra el terrorismo. Debemos trabajar juntos ya que tu éxito será nuestro éxito".Pero visto que el incendio tiende a avivarse, seguramente Mitchell no lo ve tan claro como Peres. Y además, la radicalización de los acontecimientos en la franja y el alejamiento de un alto el fuego estable no es lo único que preocupa a la Casa Blanca. En sus planes de estabilizar la situación de Oriente Medio aparece otra sombra cada vez más amenazadora: las elecciones israelíes.Una encuesta difundida hoy por el diario israelí Haaretz da como ganador de las próximas elecciones al Likud de Benjamín Netanyahu, frente al centrista Kadima y su candidata, la actual ministra de exteriores Tzipi Livni. La ventaja de la derecha sionista no sólo estriba en los cuatro escaños que aventajan al Likud sobre el Kadima, sino en el aumento de intención de voto de otros partidos de derecha radical como Yisrael Beiteinu (Israel Nuestro Hogar), que obtendría 15 escaños, superando así al partido Laborista, que contaría con 14 actas parlamentarias.En una entrevista concedida a Hareetz, la candidata del Kadima asegura que, si Netanyahu se convierte en primer ministro, Israel "perderá su habilidad de lograr una coalición internacional" contra las amenazas que representan Irán, Hizbulá y Hamás. La candidata –una de las máximas responsables de la masacre que se ha cebado sobre Gaza las últimas semanas- se presenta como la más cualificada para ponerse en sintonía con la nueva línea internacional de Obama, frente a un Netanyahu conocido por sus posturas intransigentes y que ya socavó los pilares del proceso de paz cuando fue primer ministro a finales de los noventa, a finales del mandato de Clinton. Mitchell deberá lidiar con este endiablado sistema de contradicciones que se mueve en varias direcciones simultáneamente. Es la primera prueba de fuego de la nueva “diplomacia inteligente” de la superpotencia.

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