«Se trata de un atentado y la bomba fue activada por un terrorista», declaró a la prensa Ali Mohammad Azad, gobernador de la provincia de Sistán-Baluchistán, de la que Zahedan es capital. «El artefacto explotó durante la oración de la tarde y causó muertos entre los fieles. Los heridos fueron trasladados a varios hospitales de la ciudad», agregó el gobernador. Azad dijo además que «miembros de un grupo terrorista fueron arrestados tras el atentado».
«Se reparaban para hacer explotar bombas en otros lugares de Zahedan, cuando fueron arrestados», añadió Azad. El atentado se produjo la víspera de la conmemoración en la República Islámica de la muerte de Fatima Zahra, hija del profeta Mahoma y esposa de Ali, el primero de los doce imanes que los chiítas reconocen como sucesores directos de Mahoma. El imán de la oración del viernes en Zahedan, el ayatolá Abbas Ali Soleymani, declaró a la prensa que «uno de los principales implicados en el atentado fue arrestado y será castigado pronto delante de la mezquita». Esta última, es el segundo lugar de culto chiíta más importante de Zahedan. La provincia de Sistán-Baluchistán cuenta con una importante minoría balucha sunnita.En 2007 un ataque con bomba en esta misma ciudad ocurrió en febrero que mató a 18 miembros de los Guardianes de la Revolución. Este atentado se lo atribuyó Jundalá, un grupo insurgente que lucha por los derechos de la minoría suní en Irán. Hasta este viernes, ningún grupo se ha atribuido la responsabilidad. Los presidentes de Irán, Pakistán y Afganistán se reunieron en Teherán el domingo, en un esfuerzo para mejorar la cooperación en la lucha antiterrorista, el narcotráfico y otros problemas que afronta la región. Poco después del atentado en 2007, Irán acusó a EEUU de apoyar a los militantes con el fin de desestabilizar el país. «Este ataque fue llevado a cabo por un grupo que recibe apoyo de EEUU,» señaló la agencia IRNA, citando a responsables oficiales.Teherán cree que Washington podría incitar a los miembros de las minorías étnicas y religiosas a rebelarse contra el gobierno, que está dominado por persas étnicos. La población no persa representa un 40% de los 69 millones de habitantes del país. Unos 16 millones de azeríes viven en el noroeste del país, siete millones de kurdos en el oeste, cinco millones de árabes ahwazis en el suroeste y un millón de baluchis en el sureste. Diversas fuentes en EEUU y Europa han confirmado que las agencias de inteligencia norteamericanas están financiando de forma secreta a los grupos separatistas en Irán en un intento de incrementar la presión sobre el régimen islámico con el fin de que éste abandone su programa nuclear. En una acción que refleja la creciente preocupación de Washington por el fracaso de las iniciativas diplomáticas, se sabe que algunos agentes de la CIA han estado ayudando a grupos armados de la oposición que operan en las regiones fronterizas de Irán. Este hecho refleja la hipocresía de la así llamada «guerra contra el terrorismo».El analista indio M.K. Bhadrakumar señala que el periodista norteamericano Seymour Hersh ha publicado ya numerosos escritos acerca de las operaciones encubiertas de EEUU en Irán. En relación con los incidentes que tuvieron lugar en Zahedan, Stratfor, un think tank con estrechas conexiones con el establishment militar y de seguridad de EEUU, afirmó que los militantes de Jundallah están recibiendo un «impulso» de las agencias de inteligencia occidentales.» Stratfor señaló a este respecto: «El conflicto entre EEUU e Irán ha alcanzado un alto nivel de intensidad… y una guerra encubierta está teniendo lugar.La provincia de Baluchistan posee un crucial interés para la seguridad nacional de Irán, ya que comparte una frontera con Pakistán, de mayoría sunní, y con el Afganistán ocupado por EEUU. De hecho, la resistencia sunní de Baluchistan podría resultar valiosa para las agencias de inteligencia occidentales en lo que se refiere a desestabilizar al régimen de Teherán.El principal problema para la política norteamericana es que, con la posible excepción de algunos kurdos, que buscan la independencia de Turquía, Iraq e Irán, ninguna de las minorías étnicas de Irán quiere separarse del estado iraní. Tampoco existe una situación en la que minorías étnicas sean objeto de persecución o discriminación en Irán. Además, Teherán ha seguido una política de buena vecindad con respecto a los países vecinos, sin dar importancia al hecho de que los actuales gobiernos de Iraq y Afganistán se encuentran bajo el control de Washington.