El martes 15 de mayo, en la ciudad eslovaca de Hanlová, un hombre de 59 años se acercó al primer ministro de Eslovaquia, Robert Fico mientras saludaba en la calle a varios residentes que se habían acercado hasta el centro cultural en el que se había dado cita su gobierno. Cuando estaba a pocos metros, separado de Fico tan solo por una valla de contención, sacó una pistola y le pegó cinco tiros casi a bocajarro. Tras el intento de asesinato, Fico, herido de politraumatismos graves tuvo que ser intervenido de urgencia en una operación que duró cinco horas, y su vida ya no corre peligro.
El intento de magnicidio, que ha dejado conmocionada a la sociedad eslovaca, ha motivado la condena unánime de la comunidad internacional, desde Washington a Moscú, pasando por Bruselas, sede de las instituciones comunitarias, y Naciones Unidas.
Se desconocen las motivaciones -¿políticas? ¿psicológicas?- del atacante, que fue inmediatamente detenido. Se trata de Juraj Cintula, un escritor de 71 años, miembro de la Asociación de Escritores Eslovacos y del Club Literario Dúha de Levice, su ciudad, de tendencias izquierdistas.
¿Quién es y qué posiciones defiende Robert Fico?
Robert Fico ya había sido primer ministro en dos ocasiones -entre 2012 y 2018 y entre 2006 y 2010- y volvió a ganar las elecciones parlamentarias el pasado 30 de septiembre de 2023 con un mensaje prorruso y populista.
En sus diferentes gobiernos, la política de Fico se ha caracterizado por distanciarse de EEUU mientras se buscaba una mayor cercanía a Rusia, siendo una voz disidente en el seno de la UE.
En su primer gobierno (2006-2010), Eslovaquia fortaleció sus relaciones con Rusia, Serbia, Bielorrusia, Libia, Cuba, Venezuela y China. Asimismo, Bratislava echazó la independencia de Kosovo así como el escudo antimisiles exigido por Estados Unidos en República Checa y Polonia; durante la guerra en el Cáucaso en 2008, Fico condenó la «agresión georgiana» y tomó partido por Rusia. En 2007, el gobierno eslovaco retiró todas las tropas eslovacas de Iraq, aunque aumentó su presencia militar en Afganistán con la condición de que los soldados eslovacos no estuvieran disponibles para operaciones de combate.
En el segundo gobierno de Fico (2012-2016) Eslovaquia condenó la anexión rusa de Crimea, pero criticó repetidamente -como «inútiles y contraproducentes»- las sanciones económicas impuestas a Moscú y amenazó en ocasiones con un veto, junto con el gobierno checo de Viktor Orbán..
Tras su tercera victoria en 2023, Fico anunció que Eslovaquia no proporcionaría más ayuda militar a Ucrania: «Consideramos la ayuda a Ucrania exclusivamente como ayuda humanitaria y civil, no entregaremos más armas a Ucrania»,