Paraguay

Intensos disturbios incendian el Parlamento

Los sectores más oscuros del Estado paraguayo buscan impedir a toda costa la vuelta de Fernando Lugo al gobierno de Paraguay

La tensión se ha desbordado en Paraguay, con disturbios por el centro de la capital, Asunción, el Congreso incendiado y un muerto a manos de la policía. Muchos ven una mano desestabilizadora detrás de unos violentos enfrentamientos contra una reforma constitucional que permitiría al actual presidente Horacio Cartes -del Partido Colorado- presentarse a la reelección, pero que también habilitaría al candidato del izquierdista Frente Guasú, Fernando Lugo -depuesto por un impeachment en 2012 y que avanza en intención de voto- presentarse con opciones ganadoras en 2018.

Una parte del conservador Partido Colorado -el partido tradicionalmente ligado a las familias de la oligarquía paraguaya- encabezada por el actual presidente Horacio Cartes busca una reforma constitucional para presentarse a otro mandato en 2018. Ya intentó esa maniobra en 2016 sin éxito. En sus intenciones, ha encontrado un enemigo irreconciliable con quien coincide coyunturalmente.

Se trata del Frente Guasú, una coalición de izquierdas encabezada por Fernando Lugo, que ya fuera presidente de Paraguay de 2008 hasta 2012, año en el que fue depuesto por un juicio político parlamentario ejecutado por la oposición oligárquica y por la misma embajadora norteamericana -Liliana Ayalde- que luego orquestó el impeachment contra Dilma Roussef. Por otras razones, los guasúes buscan la reforma parlamentaria, ya que permitiría a Lugo volver a ser candidato presidencial.

Sobre Fernando Lugo pesa una sentencia del Tribunal de Justicia Electoral de Paraguay que lo veta para presentarse a candidato presidencial, algo que ha sido denunciado como ‘persecución política’ por parte del frente antihegemonista latinoamericano, estrategia que se enmarca dentro del denominado Plan Atlanta -instigado por la inteligencia de EEUU- que persigue a los líderes progresistas y de izquierda de Latinoamérica que estén en el gobierno o la oposición.

La vuelta de Fernando Lugo al gobierno de Paraguay -ahora que las encuestas lo ponen por delante de Cartes y de otras opciones- es justo lo que los sectores más oscuros del Estado paraguayo, ligados a Washington- buscan impedir a toda costa. Por eso la Constitución no debe ser modificada.

El desencadenante de la tensión fue la votación -poco ortodoxa- de 25 senadores (de un total de 45) en las dependencias parlamentarias del Frente Guasú. A esa reunión extraordinaria asistieron diputados tanto oficialistas como de la oposición (incluso del Partido Liberal Radical Auténtico, los más enfrentados a la reforma), pero faltaban el resto de legisladores y el presidente del Senado, Roberto Acevedo, acérrimo detractor. Aunque en la reunión se aprobó seguir adelante con la modificación constitucional, luego habría de votarse en el pleno del Congreso y pasar por un referéndum popular.

Pero los opositores más furibundos de la reforma constitucional ya habían encendido el polvorín de los disturbios. Un millar de personas -ante un dispositivo policial que algunos han calificado de claramente insuficiente- asaltaban el Congreso, saqueándolo y prendiendo fuego a su salón principal. Entre quienes pudieron ser identificados por las cámaras de los antidisturbios se encuentra el exministro de Interior, Rafael Filizzola, del opositor Partido Democrático Popular, y el actual precandidato a presidente por el Partido Liberal Radical Auténtico, Efraín Alegre. Los enfrentamientos siguieron hasta el amanecer en cada esquina del centro de Asunción, con 200 detenidos y medio centenar de heridos. El momento más trágico fue cuando la Policía antidisturbios irrumpió en la sede del opositor Partido Liberal persiguiendo a algunos manifestantes. Los disparos en el interior del local y hirieron al joven Rodrigo Quintana de las juventudes liberales.

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