Este diciembre en Valencia se celebró el Día Internacional del Migrante con una serie de eventos, encuentros y reivindicaciones que solo puede describirse como una creciente riqueza cultural que se renueva año tras año.
En esta ciudad conocida por su mezcla de culturas, este evento no fue solo una festividad, sino un recordatorio del poder transformador de la migración. Desde actividades culturales hasta reivindicaciones sociales, el Día del Migrante fue un caleidoscopio de culturas, gastronomía y colores que demuestran, por qué la diversidad es el alma de esta ciudad vibrante.
Eventos como la movilización de alrededor de 400 personas que se dieron cita en contra del racismo y la xenofobia en la plaza de la Virgen en pleno centro de Valencia, con consignas como “El pueblo que salva, también es Migrante”, dada la acción conjunta efectuada por asociaciones migrantes a favor de los damnificados por la Dana. Otras reivindicaciones fueron el cierre de los CIES, el retraso de la Homologación de títulos de migrantes que sufren una discriminación institucional, se exigió también la “Regularización YA” de medio millón de personas en situación irregular.
Valencia también vibró al ritmo del debate, el análisis y el intercambio de ideas durante el Primer Congreso de Inmigración Valencia-Latinoamérica, efectuado en la NAU de la Universidad de Valencia, la cual reunió a líderes migrantes, activistas y expertos. Organizado por la Plataforma Intercultural de España en colaboración con las asociaciones Por Tí Mujer, Rumiñahui y AESCO, junto a más de 50 asociaciones latinoamericanas. El congreso fue un espacio de reflexión y acción, subrayando las contribuciones esenciales de la inmigración a la economía y la multiculturalidad de la Comunidad Valenciana.
El Primer Congreso de Inmigración Valencia-Latinoamérica no solo generó debate, sino que marcó una hoja de ruta para avanzar en la inclusión y el reconocimiento de los migrantes como protagonistas del desarrollo. Los organizadores hicieron un llamado a las instituciones públicas y privadas para consolidar alianzas que potencien el impacto positivo de la inmigración.
La Nau fue testigo de un encuentro histórico que reafirma cómo la colaboración entre culturas no solo es posible, sino esencial para construir una sociedad más justa, solidaria y próspera.
Otro acontecimiento importante fue la presentación del Observatorio Valenciano de Migraciones OVM en un acto cargado de simbolismo el cual se realizó en la Casa del Voluntariado de la Comunidad Valenciana el cual se convirtió en un punto de encuentro para autoridades, asociaciones y ciudadanos comprometidos con una sociedad más inclusiva.
El observatorio es una iniciativa que busca convertirse en una referencia para el análisis y la comprensión del fenómeno migratorio. Al proporcionar información transparente y destacar las contribuciones positivas de la inmigración, este organismo aspira a construir un relato inclusivo y basado en datos reales.
Con iniciativas como esta, la Comunidad Valenciana se posiciona como un ejemplo de que la diversidad puede ser el cimiento de una sociedad más fuerte, resiliente y justa. El camino está trazado, y con el observatorio como faro, el futuro se ve más prometedor que nunca.
Concluimos qué, el Día del Migrante en Valencia no es solo una fecha en el calendario, sino un recordatorio de que la convivencia es posible y necesaria, es también una invitación a reflexionar sobre cómo podemos construir juntos una sociedad más inclusiva y justa eliminando el racismo sistémico, estructural y sutil.
Al cerrar la jornada el mensaje fue que la diversidad no es una amenaza, es una luz que enriquece a todos. Valencia ha sido una ciudad que siempre ha abrazado su historia de intercambio cultural demostrando una vez más que su futuro también se escribe en múltiples culturas, sabores y sueños compartidos en una ciudad Cosmopolita.
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Geovanny Quijano Rengel
Asociación Cumpliendo Sueños
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