Ibarretxe paraliza a la ertzaintza en la lucha contra ETA

¿Ineficacia o mala voluntad?

La ertzaintza es la policí­a autonómica más eficaz en la lucha contra la delincuencia común. Sin embargo, cuando analizamos lo que deberí­a ser su prioridad absoluta, la lucha contra el terrorismo, el balance es bastante pobre: hace cinco años que la ertzaintza no desarticula un comando de ETA. No es una cuestión de ineficacia policial. Mientras policí­a nacional y guardia civil han logrado sonados éxitos en la lucha contra ETA, los Ibarretxe y Arzallus han paralizado conscientemente a la ertzaintza, amparando y protegiando a quienes imponen el terror del que se benfician polí­ticamente los jelkides etnicistas.

El Deartamento del Interior presetna un pobre balance en la lucha contra el terrorismo, incongruente con los muchos medios y presupuesto que dispone. En septiembre de 2003, la ertzaintza desarticuló el comando Bizcaia de ETA. Desde entonces, durante cinco años, la policía autonómica vasca sólo ha logrado detener a un colaborador del comando Ezkaurre. ¿Por qué la ertzaintza -que ha sufrido varios atentados de ETA- no presenta una mejo hoja de servicios en la lucha contra el terrorismo? La respuesta está en la denuncia persistente de los sindicatos más representativos de la ertzaintza. En 2005, una encuesta elaborada por CCOO desvelaba que un 75% de los ertzaintzas habían recibido o visto órdenes verbales de sus superiores para que no actuaran contra el entorno de ETA.Y el 90% de los “ertzainas” cree que sus jefes no les transmiten la información requisada a ETA. El nacionalismo gobernante ha convertido a la Ertzaintza en una policía política al servicio de su propio régimen, anulando su capacidad profesional en la lucha contra la “kale borroka” y ETA Cabe recordar las declaraciones de Maite Pagazaurtndua: “en una comisaría, miembros de una especie de policía secreta que tiene el PNV dentro de la ertzaintza amenazaron a Joseba con pasar sus datos, a través de Bastasuna, a ETA. No hemos conseguido identificar a los individuos que lo hicieron. La persona que acompañó a Joseba a esa comisaría lo puede confirmar. Tiene que ver con esa política de control de la ertzantza, relacionada con ese deseo del PNV de tener una policía política de partido. No han conseguido que esto sea así porque muchos ertzaintzas no han entrado en ese juego, pero siguen teniendo un tipo de policía que les hacen este tipo de trabajos extraños.”. La confesión del papel que el nacionalismo étnico reserva a la ertzaintza nos la proporcioa Arzallus, en sus secretas conversaciones co ETA que dieron lugar al pacto de Lizarra: «El PNV no considera a ETA su enemigo y no quiere verla derrotada. No creemos que sea bueno que ETA sea derrotada. No lo queremos y no sería bueno para Euskal Herria. Es falso que estamos impulsando a la Ertzaintza contra ETA. De hecho, es más bien al contrario, que estamos frenando. Posiblemente la Ertzaintza tenga datos sobre más de un comando (alguno en Guipúzcoa) y no ha procedido. Lo que ocurre es que a veces no le queda más remedio. Lo que ocurre es que si la Ertzaintza es una policía integral, y para nosotros lo es, debe tener credibilidad de hacer cumplir la ley. Así si después de una manifestación, unos cuantos se dedican a romper cristales o bienes, se le está obligando a intervenir y una vez que empieza el lío luego ya no es fácil que todo sea como debiera ser. No hay flujo de información Ertzaintza-Policía [Nacional], porque no queremos. Y para ello tenemos la ventaja de que ellos tampoco nos dan ninguna información. Esto nos salva de una situación más difícil. La Ertzaintza no ha dado nunca ni un solo dato a la policía española».

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