SELECCIÓN DE PRENSA NACIONAL

Indignado ante la caradura del FMI

¿Se imaginan ustedes qué ocurriría si un médico hiciera un diagnóstico incorrecto que conllevara un tratamiento inadecuado? Obvio, el paciente podría sufrir heridas severas, en muchos casos irreparables. Eso es exactamente lo que está sucediendo con el diagnóstico y propuestas económicas del FMI y del resto de organismos multilaterales –resulta cómico leer los informes de la OCDE y las alternativas ofrecidas para nuestro país por su secretario general Ángel Gurría. Pero lo más grave es que a los distintos responsables de estos organismos multilaterales nunca les pasa nada, siguen cobrando sueldos muy elevados a pesar de no dar una en los últimos años, en definitiva, de hacer mal su trabajo.

Resulta estremecedor, lamentable, vergonzoso, leer las últimas previsiones del Fondo Monetario Internacional relativas al crecimiento económico global y al de nuestra querida España. El FMI, al igual que la inmensa mayoría de los think tanks, académicos y asesores económicos, ha hecho un diagnóstico absolutamente erróneo de lo que está pasando en el mundo. Como consecuencia, las recetas económicas ofrecidas por este organismo multilateral para afrontar los problemas actuales han fracasado, y, como corolario, no dejan de revisar de manera continuada y adaptativa sus previsiones económicas. Pero a pesar del daño que están causando siguen recomendando sus mismas recetas. Y las consecuencias ya las sabemos: 2012 fue peor que 2011, 2013 ya se asume que será peor que 2012, y no les quepa duda de que, al paso que vamos, 2014 será crítico.

Las palabras de Christine Lagarde

Si bien ya estoy curado de espanto ante las afirmaciones, previsiones y recomendaciones de estos organismos, siempre hay alguna declaración que supera mi paciencia, los límites de aguante, y que me acaba indignando. Esta vez fueron las palabras de la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, que afirmó, sin despeinarse que los verdaderos héroes de la crisis económica que estalló en el 2008 son los banqueros centrales. Eso es como decir que el pirómano que acaba de quemar el monte es el héroe de su extinción.

Si hay alguien responsable de la situación a la que hemos llegado son los banqueros centrales. Ellos solitos, con su política monetaria, se bastaron para generar el mayor proceso de sobreendeudamiento de la historia, retroalimentado por una brutal generación de burbujas financieras e inmobiliarias, de manera que cuando acaban estallando entramos en la actual crisis sistémica. Para colmo hicieron dejación de responsabilidad en la regulación y supervisión de los distintos sistemas bancarios. Menudos linces.

La política monetaria implementada por la FED, el BCE, el Banco de Japón o el Banco de Inglaterra ha generado la última gran burbuja en la que estamos inmersos, de consecuencias imprevisibles. Se trata de los distintos carry trades, donde los inversores se endeudan en las distintas divisas que aplican expansiones cuantitativas con tipos cero y toman riesgo a nivel global. Además, hay un problema de riesgo moral: confían en que al final allí estarán los bancos centrales por si las cosas vienen mal dadas.

Ya dijimos en artículos previos que esta política irresponsable se basa en la Teoría Monetaria de Milton Friedman, cuyas hipótesis de partida son falsas. Lo estamos comprobado ex-post. El principal efecto de un cambio en la base monetaria, como consecuencia de la expansión cuantitativa de los balances de los bancos centrales, es cambiar la velocidad monetaria y los tipos de interés a corto plazo. Sin embargo, una vez que los tipos de interés a corto plazo caen a cero, las expansiones adicionales en la base monetaria simplemente inducen un colapso proporcional en la velocidad de circulación del dinero y la economía entra en la trampa de la liquidez.

La ortodoxia nos aboca a una dura recesión global

Esta política monetaria, a su vez, es tremendamente injusta, ya que de la generación de burbujas o creación temporal de riqueza sólo se benefician las clases de renta más alta, abriéndose aún más la brecha entre ricos y pobres. Y es justamente el mantenimiento del status quo de las élites la razón por la que no se afronta la única reforma estructural necesaria.

Desde este blog siempre hemos hecho hincapié en que lo más urgente para una reactivación económica en el largo plazo pasaba por una reordenación y reducción del tamaño del sistema bancario mundial, que además conllevara una disminución de la deuda privada y pública existente, y donde los acreedores sufrieran la correspondiente quita. Sin embargo, y tristemente, aún no se ha hecho nada en este sentido.

La misma “ortodoxia económica” dominante que fue incapaz de prever la actual crisis económica y financiera, básicamente porque invalidaría los principios esenciales bajo la cual se ha educado, forzó su receta para salir de la crisis. Para ello propuso una combinación de política fiscal restrictiva, política monetaria expansiva (expansión de balances de la FED y del BCE) y deflación de salarios, altamente tóxica para el bolsillo de la mayoría de ciudadanos, no así para la élite financiera y política corrupta. Y de nuevo se han equivocado. Y eso lo sabemos muy bien los ciudadanos, porque lo estamos sufriendo en nuestras carnes, y tenemos derecho a indignarnos.

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