El Gobierno de Pakistán ha tachado de «ofensiva propagandística» las declaraciones del primer ministro indio, Manmohan Singh, quien acusó hoy a Islamabad de usar el terrorismo como «política de Estado».
La Policía de Bombay acusó este miércoles formalmente a 47 ersonas, 45 de ellas paquistaníes, del asalto terrorista de noviembre pasado a la ciudad portuaria de Bombay, informó el subcomisario Rakesh Maria, que ha dirigido la investigación.Sólo tres de los acusados, entre ellos el único terrorista capturado vivo de los 10 que atentaron en la ciudad, están detenidos en la India, mientras otros 35 son prófugos, concretó Maria en una rueda de prensa en Bombay retransmitida en directo por el canal delhí NDTV.Casi 180 personas murieron en el asalto de un comando que durante tres días aterrorizó a la ciudad de Bombay, del que la India acusó al grupo separatista cachemir con base en Pakistán Lashkar-e-Toiba (LeT).Los otros dos acusados que están detenidos en la India son los ciudadanos indios Fahim Ansari y Sabahuddin Mohammed, que ayudaron en la preparación del atentado, según la fuente.Los 45 restantes son paquistaníes, aseveró el jefe de la investigación, que concretó que los que se hallan prófugos son miembros del LeT o personas «que apoyan sus objetivos».Maria admitió que los investigadores no han hallado pruebas de la implicación de los servicios secretos paquistaníes ISI en el atentado -como la India denunció en su momento- pero añadió que las pesquisas aún continúan.Junto a la investigación en la India, Pakistán abrió otra por el atentado en Bombay que ha supuesto la detención de ocho personas, entre ellas el supuesto «cerebro» de la operación y comandante del LeT Zakiur Rehman Lakhvi.En enero, India había transmitido a Pakistán y a quince cancillerías un expediente de pruebas «contundentes» que muestran que los ataques de Bombay fueron planificados, preparados y dirigidos desde territorio paquistaní, «probablemente» con la complicidad pasiva de los dirigentes de ese país.El primer ministro indio Manmohan Singh había acusado a las «agencias oficiales» del Estado paquistaní, o sea que acusó, sin mencionarlo explícitamente, al ISI de haber dado «apoyo» a los atentados.India, Estados Unidos y Gran Bretaña imputan el atentado a Lashkar-e-Taí¯ba (LeT), grupo islamista armado clandestino paquistaní activo en Cachemira.El Gobierno de Pakistán ha tachado de «ofensiva propagandística» las declaraciones del primer ministro indio, Manmohan Singh, quien acusó hoy a Islamabad de usar el terrorismo como «política de Estado».La idea es que India, que se había mantenido relativamente «neutral» y ecuménica en una posición de mediación y observancia critica, respecto a las emergencias en Irak, Irán, Afganistán y Pakistán, ahora deberá tomar decisiones más duras o realistas, que son las que han predominado con la doctrina Bush en la lucha antiterrorista.Considerando la operación mayor que se avecina en Afganistán con la llegada de Barack Obama, y la creciente violencia interna en Pakistán, cuya estabilidad no está garantizada bajo una tutela supuestamente más civil, India deberá enfrentar decisiones mayores de tipo estratégico y militar, con los cuales no había estado acostumbrada a manejar.