El presidente de Burkina Faso denuncia la intervención de las potencias imperialistas en África a través de grupos terroristas

Ibrahim Traoré: «Detrás del yihadismo en el Sahel está el imperialismo»

“Son los imperialistas quienes crean estos grupos terroristas para invadir y saquear países", denuncia el presidente de Burkina Faso, Ibrahim Traoré.

«Lo que hay en África no es terrorismo, es imperialismo. Son sus instructores quienes enseñan a los terroristas a manejar drones. Su objetivo es mantenernos en una guerra permanente, para que no podamos desarrollarnos y sigamos pagándoles con nuestras riquezas».

«El imperialismo apoya a los terroristas de ISIS en África para sumir a la región en una desestabilización permanente, para que luego el EEUU de turno invada sus países para ‘combatir el terrorismo’ que ellos mismos financian, cobrando su ‘ayuda’ en saquear sus recursos»

«Esto es lo que pasa en Nigeria, en Burkina Faso, en Mali y en un sinfín de paises, no solo en África, también en Oriente Medio, son los imperialistas quienes crean estos grupos terroristas para invadir y saquear países»

La «inestabilidad endémica» del Sahel no tiene nada que ver con olas de fanatismo religioso, fruto del atraso y la superstición de sociedades atrasadas. Sino que es el resultado directo, planificado y calculado de la intervención imperialista sobre las naciones africanas.

Quien se expresa con esta contundencia es Ibrahim Traoré, Presidente de Burkina Faso. Su denuncia viene de alguien que como militar lleva décadas combatiendo a los grupos yihadistas en el Sahel, pero también de alguien que como dirigente africano -y reclamando el legado revolucionario de Thomas Sankara- ha llevado a su país a sacudirse el yugo del imperialismo y del neocolonialismo, del pesado dominio que históricamente potencias como EEUU o Francia han ejercido sobre los países del Sahel y el África Subsahariana, promoviendo un permanente estado de guerra, de gobiernos corruptos y entreguistas, para poder saquear a placer sus abundantes recursos naturales de oro, uranio, tierras raras o hidrocarburos.

El gobierno de Traoré, como el de Mali o el de Níger, ha expulsado la presencia militar de EEUU y de Francia de su país, al mismo tiempo que ha nacionalizado la industria del oro y de otros valiosos recursos naturales, usando esas riquezas para desarrollar el país, para generar industrias estratégicas -textil o agroalimentaria-, para levantar hospitales, universidades o miles y miles de viviendas pública.

Un puñado de gobiernos antiimperialistas, los de Burkina Faso, Malí y Níger, se han unido en la Alianza de Estados del Sahel (AES) para combatir el azote del yihadismo, que avanza por toda la zona y controla de facto grandes áreas de estos y otros países. El Sahel alberga dos de las filiales más poderosas de Al Qaeda y Dáesh -el Grupo de Apoyo al Islam y los Musulmanes (JNIM, por sus siglas en árabe), y el Estado Islámico en el Gran Sahel (ISGS)- y sólo en 2024 ha provocado unas 10.400 muertes en esa extensa área geopolítica.

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