Testimonios en los campos de refugiados de Pakistán

í‰xodo, miedo y escombros en el Swat

¿Cuántas ví­ctimas civiles?. Nadie puede responderlo a ciencia cierta, porque el ejército de Islamabad lo mantiene en secreto. Pero cada refugiado que llega exhausto a los campos de refugiados de Pakistán cuenta una historia particular, pero terriblemente similar, del horror provocado por los bombardeos del ejército.

“Vimos al menos 300 ersonas muertas. A algunas les habían disparado, pero la mayoría murió por los bombardeos”, cuenta Atalullah, el verdulero de la aldea. Él y otras familias escaparon como pudieron de su pueblo, y tuvieron que caminar toda una jornada antes de que pudieran llevarlos al campo de refugiados de Swabi. “Dos o tres miembros de mi familia murieron”, dice con lágrimas en los ojos. “Los talibán nos disparaba y el ejército nos bombardeaba desde arriba de las colinas”. “Mucha gente murió. A una persona que conozco le cayó un proyectil encima. Sólo en nuestro pequeño pueblo quedaron 60 o 70 casas destruidas”, cuenta Zafar Ali, que logró escapar de Mingora, no sin antes lograr rescatar a varios miembros de su familia de los escombros de su propia casa. Le da las gracias a Dios, pero lo ha perdido todo. Tenía una pequeña tienda, y todas sus pertenencias, todos sus esfuerzos de décadas están sepultadas bajo las ruinas. Una anciana de 80 años, vieja entre los viejos del lugar, cuenta cómo ella y su familia tuvieron que subir una colina con proyectiles cayendo alrededor. Shirina está exhausta, y apenas puede llorar. “Muchas personas murieron, demasiadas.”. Son personas con las que ha compartido una vida. Esta es la liberación del Swat. Esta es la lucha del civilizado Estado paquistaní -empujado por Washington- a golpear con mano firme a los bárbaros talibanes.

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