Sólo en las últimas dos semanas un millón y medio han huido

í‰xodo en Pakistán: dos millones de refugiados

Se trata de la mayor catástrofe humanitaria en Pakistán desde la partición de la India en 1948. La ofensiva del ejército paquistaní­, espoleada y azuzada desde las necesidades del Pentágono, ha bombardeado indiscriminadamente las poblaciones de los distritos de la Región de la Frontera Noroccidental. Sus habitantes -población civil, familias, mujeres, niños, ancianos- han escapado con lo puesto, cargando sólo lo necesario durante varias jornadas de frí­o, hambre y cansancio. No escapaban del fundamentalismo talibán sino de los bombardeos de la aviación y la artillerí­a gubernamental. La cifra de muertes civiles es un secreto de Estado, pero la de refugiados habla por si misma de la magnitud del desastre: 2 millones.

"Esta crisis humanitaria es una de más dramáticas de los últimos tiemos", aseguró en un comunicado el Alto Comisionado para los Refugiados de la ONU, António Guterres, que insistió en el alto potencial desestabilizador que esta situación conlleva para Pakistán. El dirigente de la ACNUR solicitó "una masiva y urgente campaña internacional para ayudar a miles de desplazados que huyen de los combates en el noroeste del país". Según los datos de esta organización humanitaria desde el 2 de mayo, fecha en la que comenzó la ofensiva “Trueno Negro” un total de 1.454.377 personas han sido registradas como desplazadas internas desde el 2 de mayo, que unidas a las 553.916 que ya habían huido de las regiones fronterizas con Afganistán desde hace un año y medio, suman un total de 2.008.293 refugiados. Además Guterres pidió a la comunidad internacional que contribuyeran a aliviar esta crisis humanitaria, y argumentó que Pakistán ha acogido durante décadas a decenas de miles de refugiados afganos, huidos de los continuos conflictos que ha sufrido el país vecino. "Sabemos que atravesamos duros tiempos económicos, pero creemos que la misma comunidad internacional, que ha encontrado billones para rescatar el sistema financiero, también tiene la obligación de rescatar a personas que lo necesitan", recordó. De la gestión de la crisis humanitaria, de que los refugiados puedan volver pronto a sus hogares y de que los distritos del Swat, Búner o Dír –antaño prósperos y fértiles- puedan recuperarse pronto de los destrozos de la guerra, depende en gran medida que la brutal operación de Islamabad –desatada por las exigencias de Washington- no consiga lo contrario de lo que perseguía: una deriva de Pakistán hacia el extremismo y el caos. Porque ese parece ser, tras el dulce paseo militar, el destino invariable que tarde o temprano le aguarda a todas las guerras de la superpotencia.

Deja una respuesta