" No quieren discutir, lo que quieren es un show"

Hugo Chavez y el debate con Vargas LLosa

Durante todo el dí­a de ayer el presidente venezolano Hugo Chávez y el escritor peruano Mario Vargas Llosa amenazaron con enfrentarse en un debate sin lí­mites de tiempo ni de temas frente a las cámaras de Aló Presidente, el programa de Chávez que por estos dí­as festeja sus 10 años al aire. La propuesta habí­a surgido el jueves pasado de boca de Chávez, cuando conducí­a el primero de los cuatro dí­as del maratón aniversario de Aló Presidente, que terminará mañana.

Ayer la estrella del congreso de intelectuales liberales que se realiza en estos dí­as en un hotel cinco estrellas de la caital venezolana habí­a aceptado la invitación. Las expectativas crecí­an. Horas después, Chávez le poní­a fecha y hora a la cita, mañana a las 11 en el set del programa oficial. Pero unos minutos más tarde algo pasó que lo hizo cambiar de opinión. «Aceptan, pero la condición es lamentable. No quieren discutir, lo que quieren es un show con igualdad», señaló Chávez al aire. El mandatario habí­a aceptado participar en el debate, pero se negó a discutir, mano a mano, con Vargas Llosa. Según explicó, la idea era debatir ideas, no enfrentar a dos figuras.La invitación de Chávez del jueves pasado habí­a sorprendido a oficialistas y opositores. Como muchas de las decisiones del mandatario venezolano, fue espontánea y provocativa. El congreso de los intelectuales liberales y las crí­ticas de sus oradores vení­an acosando al presidente venezolano y acaparando la atención de los medios locales e internacionales desde principio de la semana, cuando el hijo de Vargas Llosa, Alvaro, fue demorado durante tres horas en el aeropuerto y se le exigió no involucrarse en la polí­tica venezolana durante su estadí­a en el paí­s.Vargas Llosa hijo denunció la demora en medios de Estados Unidos, Europa y Latinoamérica y la noticia dio la vuelta al mundo. Desde entonces, la tensión entre el gobierno chavista y los intelectuales de derecha no ha hecho más que escalar. Apenas llegaron al paí­s, los expositores del Encuentro Internacional Libertad y Democracia, un congreso convocado por el Cedice, criticaron al gobierno de Chávez.»No hay duda de que el proceso en curso acerca a Venezuela a una dictadura comunista y la aleja de una democracia liberal», opinó el jueves Mario Vargas Llosa. A su lado, Krauze advirtió, con tono apocalí­ptico, que queda poco tiempo antes de que se consolide el pronóstico de su compañero. «La concentración de poder en una sola persona es algo que, tarde o temprano, este pueblo va acabar lamentando», aseguró el historiador mexicano.Los intelectuales de derecha que visitan Caracas condicionaron su presencia en el debate abierto promovido por el presidente de Venezuela Hugo Chávez, a la confrontación únicamente entre Mario Vargas Llosa y el mandatario bolivariano. Además exigen que el debate se rija en igualdad de tiempo. Difundieron un número teléfonico celular para que el gobierno venezolano los contacte en caso de aceptar las condiciones. En conferencia de prensa transmitida por el canal privado Globovisión, el titular de CEDICE, Rafael Alfonso, aseguró que su organización «celebra» la decisión del presidente Chávez y para «mayor eficacia y claridad» recomienda que el debate se lleve a cabo «entre dos personas, el presidente y Mario Vargas Llosa.»»Es lamentable que salgan con estas respuestas elaboradas en quién sabe qué laboratorio especializado en montar shows», advirtió el mandatario venezolano. Además, explicó que el debate propuesto era entre los intelectuales convocados al cónclave de la derecha y los que participan del encuentro organizado por el ministerio de Cultura local. «Yo puedo ayudar moderando, pero el debate es entre intelectuales, yo soy un soldado», indicó Chávez. Y luego propuso que, para un debate entre iguales, Mario Vargas Llosa deberí­a primero ganar la presidencia del Perú. «Aunque yo dije ayer (miércoles) que me apartarí­a, yo estoy dispuesto a participar. Las puertas de «Aló, Presidente» están abiertas para el debate», reiteró Chávez.El grupo de intelectuales de derecha, que desde su llegada a Venezuela han hecho declaraciones abiertamente a los medios de comunicación, asisten a un foro organizado por el Centro de Divulgación Económica para la Libertad (CEDICE), en el que han denunciado una supuesta falta de libertad de expresión en la nación suramericana y postularon abiertamente que el gobierno encabezado por Hugo Chávez debe terminar. El CEDICE es institución que recibe financiamiento de Estados Unidos a través de mecanismos como la Agencia Internacional para el Desarrollo y la Fondo para el Desarrollo de la Democracia (USAID y NED, por sus siglas en inglés).El Departamento de Estado norteamericano financia todo un rosario de fundaciones que funcionan como paraguas para algunas de las organizaciones ultra liberales más conocidas del continente americano, Heritage Foundation y Cato Institute en Estados Unidos, FIEL y la Fundación Libertad en Argentina y el Instituto Libertad y Desarrollo en Chile, entre otras.En Venezuela, Cedice concentra a los sectores más afectados por los más de diez años de gobierno de Hugo Chavez. Su presidente, Rafael Alfonzo, es un empresario de familia de industriales ricos y uno de los miembros del directorio de Fedecámaras, la central empresarial que impulsó y lideró el golpe de Estado contra Chávez en abril de 2002.Además, entre los directores de la fundación se destaca un apellido que se hizo mundialmente famoso en los últimos dos años. Carlos Alberto Granier es el hermano y asesor de Marcel Granier, el dueño de RCTV, el canal privado al que el gobierno no le renovó la concesión hace dos años, forzándolo a salir del aire. RCTV era el canal con más audiencia a nivel nacional y fue uno de los que dirigió el bloqueo informativo durante los dos dí­as que duró el golpe militar y el fallido gobierno de facto. Ahora sólo transmite por señal de cable.Chávez aceptó debatir ante las cámaras de televisión con esas familias venezolanas y con sus representantes intelectuales de la región, ex funcionarios republicanos, pinochetistas como el lí­der del partido Unión Democrática Independiente (UDI) chilena, Joaquí­n Laví­n, el vicepresidente del dictador boliviano Hugo Banzer Suárez, Jorge «Tuto» Quiroga, y defensores a ultranza del neoliberalismo de los noventa. «Aló Presidente abre sus portones. Ojalá lo acepten», dijo anoche Chávez, intentando mantener vivo el debate.

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