Corresponsalí­a Cataluña.

Huelga contra la Ley de Educación en Cataluña (LEC)

Es la tercera que se produce en el plazo de un año. Aún así­, Ernest Maragall, Conseller de ensenyament persiste en aprobar la controvertida Ley de Enseñanza en Cataluña contra viento y marea; con el rechazo de toda la comunidad docente y de espaldas a sindicatos y asociaciones de profesores, a los que en todo momento ha rechazado consultar.

La huelga del 19 de Marzo tiene un objetivo central, la dimisión del Conseger del PSC y la retirada del royecto de ley de la LEC, sometida en estos momentos a trámite en el Parlament de Catalunya. La LECabre las puertas a que empresas privadas, ayuntamientos y diputaciones entren en los equipos de gestión de colegios e institutos, acabando con la autonomía que en estos momentos disponen; y otorga a los directores de los centros la potestad de designar ellos personalmente a su profesorado y cambiar el curriculum educativo (contenido de la enseñanza a impartir) sustituyendo unos criterios de uniformidad comunes a toda la enseñanza pública catalana por otros arbitrarios y dispares, que variaran en función de los intereses que las empresas y ayuntamientos tengan con un centro en cuestión y de las decisiones de los directores. Lo que aparentemente es un plan que imprime dinamismo a la enseñanza pública, en realidad busca deteriorarla a favor de los centros privados y concertados, que con esta Ley incrementarán la entrada de dinero público. El último órdago de Maragall consiste en aumentar las horas lectivas de maestros y profesores, implantando las horas extras, con lo que buena parte de los docentes sustitutos e interinos serian despedidos, fomentando la figura del maestro para todo, un docente con versatilidad en impartir clase en distintas materias y a distintos niveles con un aumento de horas de trabajo. En lugar de mas profesores y más especializados, un maestro que igual da clase a niños de ocho años que a adolescentes de 18, igual explica matemáticas, que una hora más tarde historia del arte Si queremos que nuestros hijos tengan alguna oportunidad en la vida, si esta ley se aprueba, no hay más remedio que matricularlos, si podemos, en un colegio privado. La educación se convierte en un derecho exclusivo para quién se lo pueda pagar. La enseñanza pública pasa a tener un carácter subsidiario. Un colegio o un instituto público centrará todo su esfuerzo en formar los jardineros que le solicita el ayuntamiento o los torneros que le pide la industria tal que está representada en el consejo escolar, todo ello con profesores sobrecargados y desmotivados.

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