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Hockey: lo minoritario no sale rentable

Llodio, un pueblo de 20.000 habitantes conocido por los disturbios durante la reconversión industrial. Actualmente, a pesar de la crisis, las tradiciones y costumbres permanecen intactas y entroncadas con el deporte rey en la localidad. Rey, aunque decadente comparado con el Hockey.

El Llodio Club de fútbol nació de los fondos que la emresa Villosa invirtió en la década de los 50 para crear un equipo y un club de montaña. La mano de obra salió de la plantilla laboral para construir el primer campo reglamentario. Durante décadas el fútbol monopolizó las tardes de los domingos hasta que a principios de los 80 el andaluz Paco Carrera creó el Fomento Hockey Club colocando los cimientos del Hockey alavés. En los 90 el número de fichas creció hasta llegar a existir una competición de 5 clubes en el ámbito municipal. A saber, el Satorrak H.T., el Bodegas Areta, El fomento H.C., El Arabatarrak y el Gambegi 6-2. Llenaron el polideportivo municipal en categorías Masculina y femenina. Nombres como Iñaki Olabuenaga, Jose Migel Atxa, Jose Maria Soroluce, Agustin Rojo y por supuesto la olímpica Silvia Manrique han llevado el nombre del municipio mucho más lejos. Por desgracia la tradición y el monopolio del deporte rey mantienen un Llodio Club de Fútbol incapaz de competir más allá de las categorías regionales y que gestiona un estadio municipal infrautilizado en el que solo se permitió un partido de Hockey en la época en que se jugaba sobre hierba natural. A pesar de la evidente decadencia, las subvenciones oficiales mantienen a algunos jugadores que cobran y un equipo de masajistas a sueldo. Pese a todo, el único club que sobrevive tras la extinción económica del proyecto creado por Paco Carrera es el Gambegi 6-2, compuesto por veteranos de los extintos equipos que han conseguido mantenerse en 1ª división Nacional durante 7 temporadas. Con 60 licencias Federadas y 92 Licencias escolares el nivel de competición se mantiene, a pesar de que las asociaciones de padres ponen todas las trabas posibles para ceder las pocas instalaciones habilitadas en las que organizar escuelas de iniciación. Además la falta de árbitros contamina una competición influenciada por intereses entre los distintos clubes que integran la liga nacional norte, ya que muchos de ellos están vinculados a algún club o son jugadores. El hecho más significativo que ilustra la falta de apoyo institucional se aprecia en la falta de instalaciones para entrenar la competición de hockey sala, hasta el punto de que tras 14 años presentándose a los sectores el Gambegi 6-2 ha tenido que renunciar este año. Además, el campo municipal de césped artificial es continuamente invadido por futbolistas que, calzando tacos de aluminio, dañan la superficie y ocupan las horas de entrenamiento reservadas al único deporte a nivel local que compite en una liga nacional.

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