Exposiciones

Historia viva en el museo: El G.A.T.E.P.A.C. en el Reina Sofí­a

Afirmar que la guerra civil española puso fin a tal o cual plan es un eufemismo tan aberrante como decir que la misma guerra acabó con la carrera de Lorca. No fue la guerra, sino el fascismo vencedor el que asesinó al poeta por «rojo» y por «maricón», así­ como también truncó decenas de proyectos como el que nos ocupa, así­ como las aspiraciones de millones de españoles durante décadas. El Centro de Arte Reina Sofí­a organiza durante estos dí­as una exposición sobre el G.A.T.E.P.A.C. (Grupo de Artistas y Técnicos Españoles para el Progreso de la Arquitectura Contemporánea), fundado en 1.930.

Durante sus escasos 7 años de vida este vanguardista equio editó la revista Documentos de Actividad Contemporánea (A.C.). Sus páginas sirvieron de tribuna donde abogaban por la modernidad y el racionalismo en arquitectura. Desde la funcionalidad en el espacio impulsaron la creación y construcción de escuelas públicas y hospitales para la II República. Alejados de conceptos recargados y de una decoración vana y excesiva, rechazaron las formas arcaicas y anacrónicas tanto en los hogares como en la concepción urbanística de las ciudades. Pronto despertaron el interés de los más prestigiosos arquitectos y diseñadores en el mundo que pugnaban por publicar sus propuestas en A.C. Diseños de interiores amplios y espaciosos, un mobiliario económico y eminentemente práctico, fueron algunos de los resultados de esta iniciativa pensada para el bienestar de las clases populares, cuyos hogares y centros de salud y educación reflejaban, por su humildad y escasez, la miseria a la que estaban sometidos desde siempre. Encuadrado en los objetivos de modernización de la II República, un ejemplo claro y perdurable de la actividad del G.A.T.E.P.A.C. (y el G.A.T.C.P.A.C. en Cataluña), lo podemos observar en la propia ciudad de Barcelona. Joseph Torres Clavé, Le Corbusier y otros técnicos comprometidos con esta filosofía idearon y llevaron a cabo el Plan Macià. Consistió en el diseño de un trazado urbanístico ordenado, no caótico, que facilitara la rápida circulación por sus calles así como el máximo aprovechamiento de luz y energía. Así nació lo que hoy se conoce como la zona del Eixample. Durante estos días el Museo Nacional Reina Sofía abre sus puertas a la Historia y observamos uno de las muchas iniciativas que la Dictadura siempre ha tenido la desvergüenza de presentar como suya, al igual que la creación de los pantanos, y muchos otros sin los cuales el ya de por sí infausto recuerdo del dictador no puede cubrirse ni de uno sólo de los “logros” con los que algunos han querido lavar su imagen. Perdonar, tal vez, olvidar, nunca.

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