Tras una reunión con el FMI, el ministro De Guindos ha puesto en marcha el saqueo de nuestras pensiones. Todos los esfuerzos van a volcarse en apropiarse de un auténtico botín, las miles de horas de trabajo de todos que cada año incrementan la caja de las Pensiones. Ellos blindaron el pago de la deuda. Blindemos nosotros las Pensiones.
Somos la mayoríaEl ataque que están sufriendo las Pensiones nos afecta a todos por igual. No importa en qué parte de España vivamos, todo el mundo algún día no podrá, o no deberá, seguir trabajando, y sus condiciones de vida dependerán de lo acumulado para su pensión, de la caja colectiva.Cuando Zapatero consiguió la aprobación de la Reforma de las Pensiones, retrasando la edad de jubilación a los 67, las encuestas lanzaban un 80% de oposición de la sociedad. Estos resultados fueron rápidamente retirados, pero el 79,8% de los encuestados valoraba la reforma muy negativamente, tanto el aumento de la edad de jubilación a los 67 años, como la ampliación a 25 años para calcular la cuantía de la pensión. Y, aunque la oposición fue mayoritaria en todos los sectores sociales y grupos de edad, entre las clases trabajadoras el rechazo a la reforma de las pensiones alcanzaba el ¡85 y el 90%!Todavía podemos recordar aquella famosa entrevista a Zapatero en youtube, en la que de entre más de 4.400 preguntas realizadas por los internautas, la primera y más votada fue: ¿Por qué su gobierno no ha sometido a referéndum la ampliación de la edad de jubilación de 65 a 67 años? Todo esto pone de manifiesto algo sobre lo que desde estas páginas venimos insistiendo, al atreverse a lanzar un ataque contra las pensiones Washington y Berlín se han metido en un terreno muy pantanoso, en el que encuentran el rechazo de la mayoría.Su punto más débilDe todos los recortes, que llueven en todas direcciones, las Pensiones es, sin duda, el punto más sensible, en el que más difícilmente van a encontrar apoyos y justificaciones, en el que más rechazo encuentran. Ahí es donde se debe concentrar la respuesta política. De nada les servirá cualquier ofensiva propagandística, con todos sus medios, radios y televisiones, para vender la privatización de las Pensiones como algo imprescindible “porque el sistema público es insostenible”. No conseguirán mover ni un milímetro la opinión de la inmensa mayoría.«No conseguirán mover ni un milímetro la opinión de la inmensa mayoría»Un porcentaje abrumador, 8 de cada 10 españoles según las encuestas, sabemos que con la reforma se firmó una rebaja de entre un 20 y un 30% de la pensión, que a nuestros hijos y nietos se la rebajarán aún más, en un 50 o un 60%, que el encarecimiento de la vida está estrangulando especialmente a los mayores, que son el sector más desprotegido de la sociedad… por eso no es de extrañar que el rechazo sea tan unánime. ¡Que no decidan!Todo el entramado político del país, que asegura a la oligarquía española un dominio sin sobresaltos y el sometimiento a los dictados de EEUU y Alemania, está construido sobre la premisa de que ninguna de las aspiraciones populares pueden expresarse en el Parlamento, y que bajo ningún concepto la ciudadanía debe poder someter a referéndum decisiones importantes, tal y como dice la Constitución. Entre otras cosas porque la única vez que ocurrió, con el Referéndum de la OTAN, pese a que lo ganaron, con trampas y chantajes, sentó un precedente político del que hoy todavía Felipe González se arrepiente, y así lo ha reconocido públicamente en varias entrevistas. Para que esto funcione, el 80% tenemos que estar condenados al silencio y no ser visibles políticamente. Por eso se corresponde con los intereses del 90% de la población lanzar una batalla política por la exigencia de un referéndum para que el pueblo decida, por sí mismo y sin intermediarios, incluir o no en la Constitución la prohibición de cualquier tipo de privatización, total o parcial de las Pensiones, y la preserva del poder adquisitivo de los pensionistas. Con su aprobación haremos cumplir ley fundacional del Pacto de Toledo, que obliga a compensar a los pensionistas por el alza de la inflación, y que Zapatero se saltó al congelar las pensiones o Rajoy al decretar una subida por debajo de la inflación. La posibilidad de incluir en la Constitución, para blindarlas, estas cláusulas en defensa de los pensionistas actuales y futuros no es más que, como dice la Carta Magna, “una cuestión de especial trascendencia”, y que por tanto es exigible que sea refrendada a través de una consulta popular. «Ya está bien que las grandes decisiones que afectan vitalmente a nuestro futuro nos las dicten Obama y Merkel»Democracia y SoberaníaExigir un referéndum para que el pueblo decida sobre las Pensiones es un ejercicio de democracia. Es dar la voz y la capacidad de decisión directa a la gente, por encima de la clase política, sobre un asunto que afecta directa y crucialmente a su vida. Y este es un elemento democrático capaz de poner en pie al conjunto de la sociedad. En el referéndum de la OTAN, incluso gente que estaba a favor de ella o que no lo tenía claro, apoyó activamente el referéndum como una exigencia democrática para que fuera el pueblo el que decidiera en una cuestión de tanta trascendencia. Su mismo método principal –la recogida de firmas para conseguir un objetivo político concreto– es absolutamente democrático, porque cualquiera, sin excepción, independientemente de sus conocimientos, de sus condiciones, de su edad, de donde viva o trabaje puede apoyarlo activamente. Pero la exigencia del referéndum es también un ejercicio de soberanía e independencia nacional. Ya está bien que las grandes decisiones económicas que afectan vitalmente a nuestro futuro como país y como pueblo nos las dicten Obama y Merkel, de acuerdo con los intereses de sus grandes poderes financieros. Unidad, Unidad, UnidadNos encontramos ante una batalla, la del Referéndum de las Pensiones, y estamos en condiciones de darla en el terreno más desfavorable para ellos y más favorable para nosotros. Esto puede suponer un éxito político de valor incalculable.Pero para ello necesitamos unidad. En ningún otro terreno como en éste se puede dar la más amplia unidad del 90% de la población. Y esta es la clave para ganar cualquier batalla política. También ésta. Es imperativo que todas las fuerzas, sindicatos, asociaciones y colectivos ciudadanos, organizaciones sociales, fuerzas políticas,… que nos oponemos –en mayor o menor medida– a este brutal ataque a las condiciones de vida del 90%, que todas las personas conscientes de lo que nos estamos jugando, nos unamos para llevar adelante la exigencia del referéndum.Obligar al Gobierno, al FMI y Bruselas, a dar la batalla en un referéndum sobre las pensiones puede ser, si somos capaces de unirnos y organizarnos para hacerlo, una ocasión inmejorable para golpear y debilitar el proyecto de expolio de nuestro país, al tiempo que sumamos y acumulamos fuerzas para desarrollar una alternativa.