Entrevista a Carlos Amaya

«Hay que forjar al Frente Popular como un poder popular alternativo frente a las clases dominantes

Carlos Amaya es un de los principales dirigentes del FNR de Honduras. Es miembro del Partido Socialista de los Trabajadores y formó parte, junto a Carlos H Reyes, de la candidatura independiente que aspiraba a presentarse a las elecciones antes del golpe de estado.

¿Cuál es la situación actualmente en Honduras? A través de las elecciones se intentó blanquear el Gole de Estado desplazando a Micheletti, poniendo en su lugar a Porfirio Lobo, pero manteniendo la política y los objetivos de los golpistas. En la medida en la que EEUU y la Comunidad Internacional han reconocido a los golpistas, estos siguen con su política dirigida a descaragar todo el costo del Golpe de Estado sobre la clase trabajadora y el movimiento popular hondureño. Avanzando, por ejemplo, en la concesión de contratos leoninos en las empresas térmicas del país, la privatización del agua, la rebaja salarial, el retroceso en materia educativa… ¿Y la represión policial y militar? Si bien ha disminuido la presencia policial en las calles, el asesinato y persecución de los dirigentes populares continúa. Ayer (15 de febrero) fue asesinado el compañero Julio Fúmez, miembro activo de la resistencia y organizado en el Sindicato de Trabajadores del Servicio Nacional de Acueductos y Alcantarillados (SANAA). Hace pocas semanas fue asesinada la compañera Vanessa Zepeda, del Sindicato del Seguro Social, y un importante dirigente sindical sufrió un allanamiento donde le robaron la computadora y le dejaron amenazas contra su vida. Todo lo que tiene que ver con la política de guerra sucia de los años 80 se mantiene en nuestro país como hemos venido denunciando, con la presencia de sicarios de otros países, como del Mossad israelí. Al par que el desarrollo de esta política, el Gobierno hace llamados a la unidad nacional. El Frente Popular ha aprovechado esta coyuntura para extender su influencia a nivel nacional avanzando en los procesos de organización, formación y movilización, de tal manera que después de la movilización del 27 de enero ya se ha convocado otra para el 25 de febrero a nivel nacional, en repudio al gobierno de Pepe Lobo. Tras las elecciones EEUU ha reactivado sus objetivos de reencuadrar a Honduras dentro de su cerco militar, ¿no? Hasta ahora se había conseguido frenar esto fruto de la movilización popular, pero tan pronto como Pepe Lobo se instauró en el poder se reactivó el Plan Mérida a través de un convenio con Colombia, que significa un proceso de militarización de nuestra sociedad civil, con presencia de tropas norteamericanas y colombianas, supuestamente en el marco de la lucha contra el narcotráfico. Pero lo que estamos viviendo es un proceso de ostigamiento permanente contra la población. Esta misma mañana (16 de febrero) organizaciones en defensa de los derechos humanos convocaron una rueda de prensa para denunciar esto, así como la persecución de los dirigentes populares. A esta convocatoria ha acudido un contingente policial que ha intentado impedir que el acto se realizara. Esto es cosa de todos los días. Y no solo tiene que ver con Honduras, sino que se corresponde con la decisión de EEUU, que a raíz de la Guerra de Irak había descuidado su “patio trasero” como acostumbran ellos a llamar a América Latina, de llevar adelante un proceso creciente de militarización, con el Plan Mérida en Honduras, o en Haití con la intervención del Comando Sur invadiendo el país, en vez de enviar ayuda humanitaria. ¿Cuál es la línea de actuación que se plantea el Frente Popular? Hay un debate a lo largo y ancho del país, en las principales ciudades y en las aldeas incluso, en el que está participando la mayoría del pueblo hondureño que se opuso al golpe o que se abstuvo en las elecciones. Se está debatiendo cómo avanzar hacia la refundación del país. Se debate al rededor de constituirse como partido político o conformarse como alternativa político-social cuya acción vaya dirigida tanto a los principales problemas como en la perspectiva de las reivindicaciones históricas de nuestro país. Se trata de forjar al Frente Popular como un poder popular alternativo frente a las clases dominantes. Es un proceso incipiente en las ciudades, aldeas, barrios y colonias cuyo objetivo es fortalecernos para en una primera etapa derrotar al gobierno de Pepe Lobo y forzarle a convocar una Asamblea Constituyente. En caso de que no se pudiera también se plantean propuestas en clave electoral, en definitiva, las diferentes tácticas para luchar por el poder político, sobre todo, tomando en cuenta este ámbito de amplísima democracia, no solo participativa sino directa que va aprendiendo y definiendo día a día la acción. ¿Cuál es la correlación de fuerzas entre los diferentes sectores sociales del país? Las grandes multinacionales, las grandes empresas, los principales medios y las cúpulas eclesiásticas, tanto de la Iglesia Evangelista como de la Católica, encabezada por el Cardenal Rodríguez, continúan apostando por mantener la unidad del sector golpista contra la voluntad de cambio popular. Aunque han habido algunos roces dentro del sector golpista. Hay una ala de extrema derecha que ha visto con preocupación el llamado que hizo el presidente Pepe Lobo para que se incorporaran al Gobierno algunas fuerzas que consideran peligrosas, pero que realmente responden a los intereses de los golpistas. Están encontrando dificultades y fricciones en torno a cómo seguir adelante. La línea dura de Micheletti les ha resultado ineficaz, por eso han optado por la vía del “diálogo”, de doblegar al pueblo a través del engaño, de ofrecer prebendas a algunos dirigentes que han abandonado la resistencia para sumarse al Gobierno. Como es el caso de Cesar Ham, el principal dirigente del partido Unificación Democrática, que ha aceptado cargos en el actual gobierno. En la asamblea de Siguatepeque, los frentes departamentales y municipales expresaron su repulsa a este tipo de política y reafirmaron, no solo la consideración del gobierno de Pepe Lobo como continuador de los golpistas, sino el no aceptar los llamados al diálogo que hace la oligarquía que buscan confundir al pueblo para recuperar la credibilidad perdida. ¿Cuál es la forma de organización por la base que está construyendo el Frente? Nuestra actividad se realiza en grandes ciudades y aldeas, organizando comités del Frente Nacional de Resistencia. Por ejemplo en mi ciudad, El Progreso, desde el parque central se visitan los barrios, las colonias, cualquier habitante puede llegar y dar información y apoyo. Y se organizan asambleas como la que tuvimos hace dos días, de formación y organización en torno a los grandes temas que son un desafío para el Frente Popular. Ahora estamos organizando una manifestación en contra de la privatización del agua potable y de los asesinatos que se están produciendo dentro del movimiento sindical.

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