Una embarcación con más de 1.000 inmigrantes procedentes de Libia se ha hundido en las costas italianas. Ya se contabilizan 700 desparecidos, y la cifra de muertos puede llegar al millar. Entre ellos 50 niños y 200 mujeres.
Es la mayor tragedia en el Mediterráneo. Resultado de una oleada sin precedentes. Hasta 10.000 personas han llegado a las costas de Italia en la última semana. Todas ellas proceden de Libia.
EEUU ha empujado a Libia hacia el caos. Tras la invasión de la OTAN, Libia se ha convertido en un “Estado fallido”, con dos gobiernos paralelos que son incapaces de imponer ley alguna. Y donde el yihadismo más extremo campa a sus anchas. «Hay que solidarizarse con las víctimas. Pero también hay que señalar a los responsables de la tragedia»
La miseria extrema ha provocado una huida masiva, dispuesta a pagar el precio de la muerte para encontrar una salvación negada en su país de origen.
Por su parte, Alemania, actuando como “virrey” norteamericano y “jefe” de la UE, blinda las fronteras europeas. Hasta provocar la airada reacción del primer ministro italiano, acusando de “insensibilidad” a Alemania.
Hay que solidarizarse con las víctimas. Pero también hay que señalar a los responsables de la tragedia.
Las “primaveras árabes” que prometía EEUU, como un paraíso democrático, se han convertido en un infierno que se cobran cada vez más muertos.
Y Merkel actúa como un insensible guardían que niega la entrada a quienes se juegan su vida.
Es necesario acabar con la intervención y el saqueo en una y otra orilla del Mediterráneo. Quienes descuartizan Libia o imponen draconianos recortes en España o Grecia son los mismos. Los pueblos de ambas orillas del Mediterráneo debemos unirnos y expulsar a quienes nos intervienen y saquean.
Esta es la única alternativa para que tragedias como la que acabamos de vivir no vuelvan a repetirse.