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Hay quien sostiene que los recortes en sanidad, educación y gastos sociales van a acabar convirtiendo el Estado de Bienestar en un Estado «asistencial», con los derechos sociales básicos degradados a poco más que actos de beneficencia o de caridad. La realidad, sin embargo, es bastante más cruda que todo eso.
El gobierno de Artur Mas proyecta pasar a cobrar 5 euros a los enfermos por cada día de hospitalización. A simple vista puede parecer un atraco a mano armada, pero en realidad se trata de un auténtico crimen. Visto en perspectiva, un proyecto de eutanasia invisible a gran escala. Una especie de genocidio –dirigido contra las capas más débiles y desprotegidas socialmente– sin necesidad de sanguinarios ejércitos, campos de concentración ni cámaras de gas. «Cataluña pretende cobrar 5 euros por noche en el hospital. ¿Cuántos dejáran de acudir por no poder pagar?»
Cinco euros al día, en caso de una enfermedad o accidente grave que requiera de una larga hospitalización significan 150 euros al mes. Es decir, el 42% de la pensión mensual que cobran los mas de 800.000 ancianos españoles con pensiones no contributivas. El 35% de lo que cobran más de 2 millones de parados de larga duración. O cerca del 30% de lo que cobran los más de 2 millones de viudas de nuestro país. Un coste inasumible para las 1,7 millones de familias españolas en las que todos sus miembros están en paro. O para el millón de inmigrantes “sin papeles”… y sin trabajo fijo que se calcula que viven en el país. De instalarse el pago por día de hospitalización, ¿cuánta gente dejará de acudir a los hospitales para ser tratados? ¿Cuánta saldrá de ellos antes de completar su recuperación?
La respuesta la ha dado una cardióloga del hospital 12 de Octubre de Madrid: “hay gente que se va a morir por esto”. Debajo de todos sus números, esta es la sustancia real del asunto: la salud y la vida de la gente sacrificada al nuevo Moloch, tan sediento de sangre fresca como el antiguo, de los beneficios del capital financiero. Tras los recortes y copagos sanitarios es posible que Mas y Rajoy puedan presentar en 2013 ante Merkel un balance libre de déficit. Pero, contra lo que ellos afirman, no serán unas cuentas virtuosas, estarán manchadas con la sangre de las víctimas que han dejado por el camino.