El desplome de Sant Boi se debió a defectos

Hay construcciones y hay clases

Según un informe pericial, encargado por el juzgado de instrucción número 3 de Sant Boi de Llobregat, señala que el conjunto estructural fue incapaz de soportar las rachas de viento porque el muro de carga no tení­a las condiciones de rigidez necesarias y no estaba entrelazado con el pórtico. El túnel de bateo se hundió en Sant Boi de Llobregat el pasado 24 de enero. El derrumbe sepultó a un equipo infantil de béisbol: cuatro niños de entre 10 y 11 años murieron, y otros 13 quedaron heridos. Es decir, fue incapaz de soportar la racha de viento porque tení­a defectos de construcción y porque incumplí­a las normas de seguridad. Estas cosas pasan en barrios populares. No pasa en las zonas ricas y exclusivas del área urbana de Barcelona y alrededores. Hay clases de construcción y construcciones de clase.

Pese a la singularidad del viento, la edificación no tenía or qué haber sufrido irremediablemente un colapso. Según el citado informe, “se produjo un estado latente, que en cualquier momento y por cualquier circunstancia o acción externa que actuara sobre el mismo podía dar lugar a una deformación, que no podía comportar el colapso de los elementos que componían el sistema constructivo”. Faltaba hormigón y armaduras en su interior. Ahorro en materiales que causa dolorosas e irreparables pérdidas humanas, que, además, eran niños.El informe pericial se opone a los estudios encargados por el Ayuntamiento de Sant Boi, que si bien aprecian deficiencias en la construcción concluyen que el hundimiento fue inevitable por la acción del viento. Los políticos locales y los burócratas tratan de eludir su responsabilidad. Responsabilidad en proceso de la construcción y en la revisión periódica del edificio. Ellos se han enjuiciado a sí mismos y se han exculpado. Ahora queda la justicia. Y la lucha de las familias para que se aplique con justicia.

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