El Observatorio

¡Hagan cola: estrena Almodóvar!

Con la rueda de prensa más multitudinaria de la historia del cine español (más de 300 periodistas de los más diversos medios de todo el planeta), Pedro Almodóvar iniciaba el pasado miércoles 13 de marzo la campaña de presentación y promoción de su nueva pelí­cula, «Los abrazos rotos», un filme que él mismo tildó como «su particular declaración de amor al cine y al mundo del cine» y que es, también, al parecer, su primera incursión en lo que podrí­a considerarse, de algún modo, «cine negro». Acompañaban a Almodóvar en la inmensa sala del cine Kinépolis de Madrid (la pantalla «más grande de Europa») lo esencial del plantel de la pelí­cula: Penélope Cruz (con la cara de actriz oscarizada todaví­a puesta), Lluí­s Homar (que se estrena como «actor» Almodóvar), Rubén Ochandiano, José Luis Gómez, Tamar Novas y la gran Blanca Portillo, que aún tenemos tatuada en el recuerdo por su memorable papel en «Volver».

En el mundo cultural esañol hay varias citas ineludibles. Una de ellas es, sin duda, el estreno de una nueva película de Almodóvar. El director manchego no es ya sólo el más importante referente del moderno cine español, sino también uno de los cinco o seis directores verdaderamente grandes e indiscutibles del cine mundial de los últimos años. Uno de esos directores que ha creado estilo y escuela, cuyas películas tienen un aire tan propio y diferenciado que basta ver una escena para saber que estamos ante "una de Almodóvar", y un director del que otros directores, de la talla por ejemplo de Wong Kar Wai no tiene el menor rubor en reconocerse abiertamente como discípulos.Además hay otra razón de indudable peso que alimenta las expectativas ante un nuevo filme de Almodóvar. En estos últimos años, el director español ha encadenado, sin respiro, tres obras maestras indiscutibles: "Todo sobre mi madre", Hable con ella" y "Volver", lo que viene a corroborar que estamos en el momento más "dulce" de la madurez estética del director. Una madurez que ha significado la renuncia a algunos de los tics más reconocibles de su cine rompedor de los 80 o a sus esquemas vanguardistas de los noventa, pero que en absoluto han variado la sustancia misma del cine almodovariano, su visión del mundo, su universo personal, que ha ayudado a cambiar y a remodelar el nuestro.Porque esa es otra. Almodóvar no ha hecho sólo (buenas o malas) películas. Su cine ha hecho algo más grande: cambiar nuestra percepción de la realidad, abrirla, ampliarla, darle cabida a aspectos negados, o reprimidos, o denostados. El cine de Almodóvar ha logrado cambiar nuestro estar en el mundo, ha roído el peso de la culpa que aún mordía el espacio de los deseos y ha dado estos el escenario entero de la vida, sin lastres ni remordimientos. Sus personajes no sólo han hecho emerger a la pantalla lo proscrito, lo perseguido, lo silenciado, sino que han creado moldes, estatuido prototipos, generado modos de ser, conductas, han marcado caminos (a veces, por una vía dolorosa) para alcanzar la libertad.Por eso, por otra docena de razones que ahora callo pero que ya saldrán, porque está Penélope (y a Penélope tampoco hay que perderla de vista), ¡hagan cola: el 19 de marzo. estrena Almodóvar!

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