30% de recorte presupuestario

Hachazo a la Cultura

Los Presupuestos de este año recortan un 30% la inversión en Cultura. El saqueo aumenta y el modelo se perfila

En el número anterior abordamos la situación de la Educación sometida a recortes inmisericordes, y el modelo educativo que se agudiza en manos del actual gobierno: la Florida Europea (un país de parados y “camareros”) y un gigantesco abismo social.

El caso de la Cultura no es diferente. El recorte del 30% de los Presupuestos es la base sobre la que se asienta el modelo cultura que emana del tipo de país en el que están convirtiendo a España.

La “niña bonita” de los Presupuestos es el pago de la deuda, o mejor dicho, el pago de los intereses de la deuda. El próximo año pagaremos casi 40.000 millones de euros solo en concepto de intereses. La realidad es que cuanto más se recorta a Educación o Sanidad más aumenta los intereses que debemos paga, por lo que el argumento de que “no hay dinero” no solo es mentira, sino que además oculta el inmenso saqueo al que nos someten. Según las cuentas presentadas por el ministro de Hacienda Montoro, el próximo año tenderemos que pagar por los intereses de la deuda un 33,8% más que este año, unos 9.000 millones de euros más, hasta un total de 38.589 millones de euros e intereses.

El FMI y Bruselas, Washington y Berlín, exigen el pago, y la Cultura lo sufre, como lo hace la Educación, la Sanidad, nuestros salarios y rentas, los del 90% de la población. Pago que no parece que vaya a someterse a ningún tipo de auditoria.

Por no hablar de que si hemos de “sacrificar” nuestras condiciones de vida y aquello que da sentido a un país con un proyecto de futuro, cuanto mínimo deberían dejarnos decidir a los ciudadanos de dónde a de salir ese dinero, conociendo a quién hemos de pagárselo y por qué. Porque lo que es evidente es que los recortes sólo servirán para seguir pagando la factura a los bancos extranjeros y nacionales.«La razón es la búsqueda del mayor control sobre la producción de conocimiento»

¿Es la Cultura un lujo?

La bandera de denuncia principal que levantan los sectores de la Cultura es la de denunciar que el gobierno pretende convertir la Cultura en un artículo de lujo, y es cierto. Pero ésta es solo una consecuencia, no la naturaleza principal del proyecto de acompaña al hachazo presupuestario.

La privatización de la cultura es el medio, la razón es la búsqueda del mayor control sobre la producción de conocimiento, arte, cultura y ciencia. Control en manos de un pequeño puñado de monopolios que decidan qué, cuando y para qué, creando un gigantesco abismo entre la gran mayoría y un pequeño puñado de privilegiados. Degradando nuestra industria cultural, transformándola en una efectivo y altamente centralizada maquinaria de propaganda y educación.

Y para ello, las privatizaciones justificadas por la Ley de Mecenazgo se dirigirán progresivamente a asfixiar a las alternativas independientes, restringir el acceso a la producción cultural, controlarla y elitizarla.

Cuando el gobierno, y distintos agentes afines, insiste en que la cultura pase de manos “del gobierno de turno” a manos de la sociedad civil, están diciendo que lo que hasta ahora era regido por el “Consejo de administración colectivo” de la burguesía monopolista (el Estado y su gobierno), ahora pase a estar dirigido directamente por los plutócratas y las grandes corporaciones financieras e industriales del país.

En un anterior artículo decíamos: “Que las subvenciones del Estado, otorgándose la potestad de establecer las normas que regulan su concesión, y por lo tanto la existencia y la vida de los proyectos culturales, es un elemento castrador del arte y la cultura, es un secreto a voces. Sin embargo permite, al menos, que las clases populares puedan intervenir en él, según la correlación de fuerzas política que exista a nivel nacional o local en cada momento. Por el contrario, dejar la financiación de las industrias culturales a plutócratas y grandes corporaciones es, literalmente, poner el mundo del arte y la cultura en su manos. Otorgarles la capacidad de decidir qué iniciativas, inquietudes, tendencias o artistas merecen ser financiados o no, qué es lo que el gran público va a tener la posibilidad de disfrutar o no”

¿Seguro que son mecenas?

Como ocurre en prácticamente todos los ámbitos de la sociedad, se está procediendo a una concentración monopolista del mundo del arte y la cultura, dejándola en manos de unos pocos.

Esto no es nuevo para nuestros lectores. Ya que, de diferentes maneras, venimos colocando encima de la mesa la denuncia del proceso de monopolización mediático y cultural que se vine produciendo desde hace 5 años especialmente. Con las cadenas de televisión y radio, con las productoras cinematográficas y discográficas, con la gestión de grandes eventos, con la producción editorial, y ahora también con la teatral, la artística y el consumo público de conocimiento, las bibliotecas.

Se dice desde el gobierno, que el dinero público no tiene por qué dedicarse a sufragar las actividades culturales de un sector social minoritario (los artistas), que no necesariamente tienen por qué satisfacer los gustos e inquietudes del gran público. Y que su financiación debe quedar en manos privadas, o en las manos de quien quiera financiarla. Este mismo argumento dicho por una alternativa independiente tiene todo el sentido del mundo, dicho por quienes dedican los Presupuestos a pagar los intereses de la deuda a la banca norteamericana y alemana…«Este año las bibliotecas públicas recibirán… 0 euros»

Porque el proyecto que el gobierno está esperando poner en marcha cuando tenga mejores condiciones, es decir, cuando los recortes hayan asfixiado a la Cultura y no haya otro remedio, es el de permitir la desgravación de entre un 70 y un 80% del dinero invertido en Cultura. Pero, ¿quién va a invertir realmente las grandes cantidades que son necesarias para poner en marcha la mayor parte de proyectos o la gestión de nuestro patrimonio?… las grandes fortunas o corporaciones monopolistas en el mundo del arte y la cultura. Por lo que el dinero público será el que es el que sigua pagándolo todo. Eso sí, el Estado habrá reducido sus gastos en el Ministerio de Educación y Cultura, ingresará menos por las enormes desgravaciones fiscales, las grandes fortunas, bancos y monopolios, en algunos sectores como el cinematográfico o el discográfico agudizando la hegemonía norteamericana, aumentarán el control sobre la producción cultural y artística.

No es casualidad que en las últimas semanas se haya difundido “la amenaza” de sacar la industria cinematográfica de los Presupuestos. Lo dicen los propios productores, lo que añade más razón a los argumentos en los que estamos insistiendo: el origen y las consecuencias del hachazo.

Las consecuencias del saqueo

Si bien el último hachazo es del 30% la realidad es que el mundo de la cultura ha perdido un 70% de inversión pública en los últimos 3 años. A parte de la subida del IVA, que habría que sumarse a parte para calcular el verdadero saqueo, el recorrido por las consecuencias de este recorte es escalofriante:

El Teatro Real ha visto disminuida la partida en un 30% a costa de aumentar el déficit en tres millones de euros, bajar los gastos de producción y reducir en un 10% los costes de la plantilla. En esta misma línea se encuentra el Liceo de Barcelona, La Maestranza de Sevilla, La Zarzuela, la Orquesta Nacional de España, o el Centro Nacional de Difusión Musical.

Las bibliotecas recibirán… 0 euros, golpeando al mismo tiempo a editoriales, escritores y lectores. Un recorte de un 60% a las 52 bibliotecas públicas estatales, que contaron el año pasado con 60,8 millones. Sin embargo el consumo aumenta, y lo hace cada año. Será por las mismas razones que ha aumentado el consumo del teatro o de la asistencia a los conciertos, o será sencillamente porque ante la pérdida de poder adquisitivo la gente acude a las bibliotecas, pero esto es lo que ocurre. «La monopolización cultural solo es posible con la participación activa del Estado»

Otro 30% supone el recorte al Museo del Prado, un 25% al Reina Sofía y un 33% al Thyssen. La Dirección General de Bellas Artes pierde un 40%.

El Instituto de la Cinematografía y las Artes Audiovisuales pierde en torno a 22 de los 68,86 millones actuales, que se suman a los cerca de 40 millones perdidos en los anteriores Presupuestos. Esto va a significar un descenso del 20% de las ayudas a las producciones y al Fondo de Protección a la Cinematografía.

Unidad, unidad, unidad

Cada vez son más sectores del mundo de la Cultura los que se suman, denuncian y se oponen, desde trabajadores a empresarios, desde lo público a lo privado. También aquí la unidad es la clave. Por eso cualquier elemento que busque la división y el enfrentamiento es, objetivamente, la semilla de un nuevo recorte.

La industria cultural en España proporciona trabajo a más de 600 mil profesionales y aporta más del 3% del PIB de forma directa. En un momento en el que debería plantearse cómo convertir a la Cultura en un motor de generación de riqueza y empleo, se le exprime hasta la exhalación. Desde este punto de vista, solo una pequeña minoría está interesada en el actual camino de saqueo, por lo que ninguna razón realmente importante debería ser impedimento para unir a todos, absolutamente todos los sectores y ligar a estos con el resto de reivindicaciones, con el conjunto de la movilización social.

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