SELECCIÓN DE PRENSA NACIONAL

Habrí­a que pasar del ICO a la banca pública

El presidente del Instituto de Crédito Oficial (ICO), Román Escolano, compareció ayer muy feliz ante la prensa a la que podía anunciar y anunciaba que el Instituto había aumentado espectacularmente sus préstamos.

Quería marcar “un antes y un después” de la institución, sumándose al “antes y después” proclamado la semana pasada por su jefe, Luis de Guindos, refiriéndose al presente 2014, primer año triunfal.

No soy agorero ni cenizo, como reprocha Rajoy, sin citar nombres, a quienes no comulgan con ruedas de molino.

Me alegro, disfruto con las buenas noticias económicas pero desconfío de la propaganda y del lanzamiento de engañosas verdades a medias.

Escolano proporcionó cifras estupendas, indicando que el ICO tiene el grifo bien abierto. Lo proclama un año después de la celebre campaña publicitaria que lanzaría el FROB, el hospital y tanatorio bancario, que lanzaba la grata nueva: “Ha llegado el momento de abrir el grifo del crédito para que fluya”. Y lo ilustraba con un grifo.

Un anuncio que podría haber sido denunciado como publicidad engañosa pues de ese grifo apenas salían algunas gotas.

Es verdad que ahora el ICO parece que se ha puesto las pilas después de que fuera criticado duramente, incluso desde instancias gubernamentales, por su paralización crediticia.

Anunció Escolano que el Instituto ha prestado en lo que va de año 6.526 millones de euros, lo que supone un incremento interanual del 165%.

Semejante porcentaje espectacular se reduce drásticamente al extenderlo a todo el año, según las propias previsiones de Escolano.

Éste estima que puede contribuir a que a lo largo de este año se presten 16.000 millones de euros, un 15% más que en 2013, lo que está bien pero no es para tanto.

Las cifras del primer trimestre son buenas pero hay que situarlas en su verdadero contexto. Hay que tener en cuenta, primero, que se avanzan en comparación con trimestres desastrosos.

En segundo lugar que la mayor parte del incremento se debe a que las entidades financieras están dando más préstamos.

Y en tercer lugar que, por muy espectaculares que sean los porcentajes de incremento del crédito que la entidad “moviliza”, la cifra total del año, 16.000 millones, siendo importante es una gota en el océano en relación con las necesidades de financiación de nuestras empresas, especialmente de las pymes y autónomos que tienen muchas dificultades para financiarse.

No hay que olvidar que el ICO no presta directamente sino que “lo moviliza” a través de las sucursales de bancos y cajas; que el ICO no decide sobre la aprobación de los créditos concedidos ni asume riesgo alguno al respecto. Estas son responsabilidad de las entidades que realmente los conceden.

No asume por tanto el ICO las funciones de una verdadera banca pública que en estos momentos se haría necesaria.

Sería una buena herramienta cuando urge reactivar la economía y cuando, como anunció ayer la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, en la sesión de control del Congreso de los Diputados, el Gobierno pondrá en marcha este mismo mes un plan de reindustrialización.

Después de tanto dinero aportado por el Gobierno a los bancos en dificultades y de la nacionalización de algunos por los que nadie quiere pujar, se encuentra con una oportunidad excelente para proceder a ello.

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