Cargando...Luis de Guindos deberá esperar al menos un año para ser presidente del Eurogrupo. Su candidatura recibió en Santiago el respaldo de la canciller alemana Angela Merkel. Pero aquel apoyo estaba condicionado al adiós del actual presidente, el holandés Jeroen Dijsselbloem, cuyo nombre sonaba como miembro de la nueva Comisión Europea o como posible presidente del Mecanismo de Regulación Única: el organismo que supervisará las crisis de las entidades bancarias europeas y cuya creación se acaba de aprobar.
Mariano Rajoy convirtió el nombramiento de Guindos en su gran objetivo durante el reparto de cargos de la UE. Pero su estrategia se ha visto frenada por la renuencia de Dijsselbloem a dejar el puesto y por la oposición del premier holandés Mark Rutte, que dijo este sábado que su ministro agotaría su mandato en el Eurogrupo e insinuó incluso que podría presentarse a la reelección. «Sé que hay otros que pueden estar interesados en ese cargo», afirmó Rutte. «Pero es un hecho que Dijsselbloem completará su mandato presente y hay una alta probabilidad de que el año que viene será de nuevo candidato a la presidencia del Eurogrupo».
Las palabras del premier holandés suponen un mazazo para las aspiraciones del Gobierno español pero no son la única mala noticia para Guindos, cuya penúltima oportunidad pasaba por que Rutte designara a Dijsselbloem como el miembro holandés de la Comisión Europea. Un extremo que se ha esfumado este lunes según cuenta el diario holandés ‘Volkskrant’.
El periódico asegura que el comisario holandés no será Dijsselbloem sino el ministro de Exteriores Frans Timmermans. Un nombre que facilita los equilibrios de Jean-Claude Juncker, que aspira a colocar al francés Pierre Moscovici como comisario de Asuntos Económicos con el objetivo de contentar a François Hollande.
A Guindos le queda una posibilidad remota para ser este año presidente del Eurogrupo: que Dijsselbloem presente su candidatura para presidir el Mecanismo Único de Resolución. El ministro holandés se ajusta a los requisitos que se exigen. Pero el plazo expira este miércoles a mediodía y las palabras del premier Rutte apuntan a que por ahora no se moverá.
Si Dijsselbloem no abandona ahora, el ministro español lo tendrá más duro para alcanzar la presidencia del Eurogrupo. Uno de los obstáculos es el calendario electoral español: Rajoy debe convocar elecciones antes de los primeros días de 2016 y parece difícil que los líderes europeos designen para un cargo tan vistoso a un ministro que podría dejar el cargo en unos meses si su partido pierde las generales y se ve obligado a abandonar el poder.
La otra posibilidad es que los líderes europeos conviertan la presidencia del Eurogrupo en una responsabilidad permanente. Un detalle que permitiría a Guindos ejercerla sin ser ministro de Economía y obligaría a Rajoy a encontrarle un sucesor. Por ahora ese cambio se antoja muy improbable. Sobre todo porque el ministro alemán Wolfgang Schäuble se pronunció a finales de junio en contra de esa opción.
La portavoz de Juncker afirmó este lunes que el nuevo presidente se reunirá durante esta semana con las personas designadas por cada estado para formar parte de la nueva Comisión Europea. Entre ellos el español Miguel Arias Cañete, cuya candidatura fue refrendada este fin de semana por el propio Rajoy.
Cada estado designa uno de los 28 comisarios que formarán parte de la nueva Comisión Europea, cuyo mandato entrará en vigor este mes de noviembre. Sólo queda un país de la UE por designar su comisario: la agitada Bélgica, cuyos líderes siguen sin formar Gobierno tres meses después de las elecciones y sin acordar su representante en la Comisión.