Legislación pública y gestión privada. Esta contradicción está en la base del caso de las denuncias del Defensor del Pueblo sobre maltratos a niños y niñas en centros de acogida de toda España.
Es un roblema estructural, de orientación general. Una decisión política consciente.En el fondo del problema no aparece como determinante la negligencia, aunque exista.Cuando se privatizan servicios básicos, el único criterio válido es la ganancia. Y ésta tiene dos componentes: máximas entradas, mínimos gastos. El ahorro como ganancia. Aunque los casos aparecen como un goteo aislado, como casos sueltos, todos son fruto de la misma forma de estructurar servicios sociales fundamentales. Es un gigantesco negocio basado en el sufrimiento, la soledad, el aislamiento, y la enfermedad. Cuando en los años 90 desaparecieron en España los manicomios, miles de enfermos quedaron a expensas de pequeños negociantes sin escrúpulos. El mecanismo es sencillo: en pisos de acogida a 6 o 10 enfermos, los propietarios recibían todas sus pensiones y las administraban. La ganancia estaba en el ahorro, en alimentación, higiene, ropa, ocio… Hubo múltiples denuncias. Enfermedades agudas por la infraalimentación, no atención especializada y un largo etc. Así podemos recorrer sectores y casos. Enfermos terminales, ancianos, enfermos crónicos… No tratamos aquí del problema social y ético de la responsabilidad familiar respecto a estos ciudadanos. De la moral que sostiene la obligación de cuidar de los tuyos. Tratamos de legislar y gestionar. Basta recoger los nombres: Casa Joven, centro para adolescentes con trastorno de conducta, gestionado por la Fundación O´Belén. Mohamed el Mayauri, 15 años, robó un bolso a una señora y se le internó en este centro. Si era desobediente se le internaba en una celda de castigo. Si protestaba se pasaba sin luz durante 12 horas. No le dejaban recibir llamadas ni correspondencia. Casa Joven, institución privada, se guiaba por el ahorro. Malos sueldos para los trabajadores, lo que provoca continuos cambios de plantilla y desapego respecto a los internos. Trucos para reducir personal médico especializado… Centro La Jarosa, ¿propietarios?, la Fundación O´Belén. El más investigado por el Defensor del Pueblo. El centro ha sido cerrado por temas urbanísticos. Se traslada de sitio. Se ha dicho de este centro que es el que lleva adelante las prácticas más “bestias y siniestras” Centro Picón de Jarama. No permitió entrar al inspector de la comunidad “los niños estaban alborotados por la Navidad”. Sobre él recaen acusaciones feroces del Defensor del Pueblo. ¿Propietarios?, la Fundación O´Belén. Este es el centro de este tipo más grande de España. El contrato es por 5.053.524€ por cuatro años. Los castigos que se practicaban, brutales: “Contenciones”, dejar al joven inmovilizado en el suelo, obligarles a estar desnudos en cuclillas, largos encierros aislados… Centro Nuestra Señora de la Paz en Villaconejos – Cuenca -. Cuenta con una “especialidad”, una habitación forrada de goma, que según el informe “debido a su iluminación y color negro produce una privación sensorial añadida”. ¿Propietarios?, la Fundación O´Belén. Legislación pública, gestión privada. Muchos jóvenes se encuentran en un limbo legal. Digamos que su situación es de indefinición, ni están retenidos, ni condenados, ni asignados. Están. Esta indefensión legal está en la base de los padecimientos individuales. Es un problema estructural. No se puede tratar bajo otra óptica.