La pinza de EEUU y Rusia sobre Ucrania

Gritos, amenazas y mapas: así fue la reunión de Trump con Zelensky en la Casa Blanca

Entre gritos e insultos, el encuentro a puerta cerrada acabó en otra bronca y una advertencia directa a Zelensky por parte de Trump: aceptar las condiciones del Kremlin o enfrentar “la destrucción” de Ucrania.

Una «pelea a gritos». Así describe el Financial Times, a través de sus «fuentes autorizadas», la última reunión que mantuvieron en la Casa Blanca Trump, y Zelensky.

Un encuentro más que tenso en el que el norteamericano amenazó a Zelensky con «la destrucción de Ucrania» si no aceptaba las condiciones de Vladimir Putin, que incluyen importantes cesiones territoriales.

Una nueva encerrona -esta vez a puerta cerrada, y no televisada, como la de marzo de 2025- que ocurre poco antes del encuentro entre Trump y Putin en Budapest, previsto para primeros de noviembre.

Al llegar a la Casa Blanca, Trump recibió a su homólogo Volodimir Zelensky con un fuerte apretón de manos y una amplia sonrisa. Pero una vez más, las buenas maneras se acabaron en el mismo momento en el que se cerraron las puertas del Despacho Oval. Acompañado de su vicepresidente JD Vance o del secretario del Tesoro Scott Bessent, Trump se abalanzó sobre el ucraniano para ejercer la máxima presión.

Sonrisas y apretones de manos antes de una bronca reunión

A esa reunión acudía el ucraniano con el objetivo de obtener más apoyo político y militar de EEUU, buscando fortalecer las defensas del país invadido y tener más bazas en una eventual mesa de negociaciones a la que Ucrania todavía no se ha sentado. Concretamente, Zelensky -animado por las propias declaraciones de la administración norteamericana, que habían sugerido en las últimas semanas esta posibilidad- quería insistir en que EEUU les diera misiles Tomahawk, capaces de alcanzar más de 1.600 km y golpear objetivos profundos en Rusia, argumentando que esto disuadiría a Moscú y aceleraría el fin de la guerra.

El ucraniano no sólo no recibió lo que quería y se fue con las manos vacías, sino que cayó en otra encerrona similar a la que vivió hace unos meses, cuando delante de la cámaras y con grandes dosis de tensión, Trump trató de humillarle ante todo el planeta.

Entre gritos, insultos, mapas y chantajes, el encuentro a puerta cerrada acabó en otra bronca y una advertencia directa: aceptar las condiciones del Kremlin o enfrentar “la destrucción” de Ucrania. Así lo aseguran fuentes diplomáticas europeas y funcionarios familiarizados con el encuentro, según ha publicado el Financial Times.

Imagen de la reunión en la Casa Blanca

En un momento de la reunión, los testimonios cuenta que Trump lanzó bruscamente a un lado los mapas del frente ucraniano que Zelenski intentaba explicarle. “Esta línea roja… ni siquiera sé dónde está. Nunca he estado allí”, habría dicho, visiblemente irritado.

Otras fuentes dicen que durante la reunión, Trump repitió -agresivo, entre blasfemias, amenazas y palabras malsonantes- una y otra vez los argumentos que el propio Putin ha empleado desde el inicio de la invasión, calificando el «conflicto» de «operación especial, ni siquiera una guerra”. En tono alterado, habría dicho a Zelenski: “Si [Putin] lo quiere, te destruirá”.

Las condiciones de Putin -que Trump exige a Zelensky que acate- siempre han sido las mismas: «paz por territorios»

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La propuesta de Putin… y de Trump: ‘Paz por territorios’

«Y de repente, Trump cambia de plan: nada de misiles Tomahawk para Zelenski, dejándolo caer al vacío. A Vladimir le gustará». Viñeta de Martín Wolterink (Holanda)

Las condiciones de Putin -que Trump exige a Zelensky que acate- siempre han sido las mismas: «paz por territorios». Ahora incluyen la cesión de las partes del Donbás que aún están bajo control ucraniano, a cambio de pequeñas áreas en las regiones del sur, Jersón y Zaporiyia, que están en manos rusas.

Las fuerzas rusas controlan parcialmente Lugansk y Donestk desde 2014, pero no han logrado avances demasiado profundos desde el inicio de la invasión a gran escala en 2022. Tampoco han consolidado posiciones firmes en las dos regiones meridionales que Moscú ofrece parcialmente como “compensación”. Sin embargo, el avance ruso en el Donbás es continuo, y las fuerzas ucranianas, crecientemente desgastadas, sufren cada vez más ante la escasez de armamento y munición.

Aunque incluyan algunas contraprestaciones respecto a lo que se discutió en Alaska, sigue siendo un «trágala» inaceptable para Kiev. Los ucranianos consideran de gran valor estratégico la parte de Donetsk y Luhansk que aún controlan; creen que ceder ese territorio haría al resto de Ucrania mucho más vulnerable a las ofensivas rusas. Y además de las dolorosas entregas territoriales, la propuesta de Trump no incluye ninguna garantía de seguridad ante futuras agresiones para Ucrania por parte de Moscú, ni tampoco de Washington.

La superpotencia norteamericana y la Rusia imperialista están negociando y decidiendo -con Ucrania y la UE como convidados de piedra- el futuro del país invadido.

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Diálogo de depredadores

«Mellizos. El encuentro entre Putin y Trump, un desafío para Europa». Viñeta de Marilena Nardi (Italia)

Antes de reunirse con Zelensky, Trump había anunciado que en las próximas semanas se reuniría con Putin en Budapest. Un portavoz del Kremlin indicó poco después que el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, y el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Lavrov, hablarían en los próximos días para preparar la cumbre.

La Hungría del ultraderechista Viktor Orbán -tan cercano a Trump como a Putin- ofrece así a un país de la UE como «suelo franco» para un encuentro con el presidente ruso, acusado de crímenes de guerra por la Corte Penal Internacional, y sobre el que pesa una orden de detención, poniendo así en un nuevo brete a Bruselas. Un nuevo acto de demolición de la legalidad internacional, de humillación europea ante Washington y Moscú, y de instauración de la ley del más fuerte.

En las conversaciones entre la Casa Blanca y el Kremlin para fijar la reunión de Budapest, Trump ya habría asegurado a Putin que no pensaba entregar a Ucrania misiles Tomahawk, y que presionaría a Kiev para que aceptara la propuesta territorial rusa.

En las semanas anteriores, la postura norteamericana hacia Ucrania parecía haberse vuelto más favorable para los segundos. Tras reunirse con Zelensky en la Asamblea General de la ONU en septiembre, por ejemplo, Trump especuló que Ucrania podría recuperar todo el territorio que había perdido ante Rusia, una posibilidad con la que el propio gobierno de Kiev ya se hace escasas ilusiones.

Pero -como era de esperar- era sólo una treta propagandística por parte de Trump. Humo, «fake news». La realidad es que la superpotencia norteamericana y la Rusia imperialista están negociando y decidiendo -con Ucrania y la UE como convidados de piedra- el futuro del país invadido.

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